De Compras

AutorRocío Díaz

Lo bueno y lo malo que nos deja el 2003

El año que terminó tuvo de todo, especialmente lanzamientos, todas las semanas hubo más productos nuevos que los que cabían en este espacio, así que, comparado con otros, el 2003 fue bueno.

Para darle las noticias en esta columna, debo probar todo y eso ha ocasionado que mi casa sea una especie de laboratorio con los productos más extraños. Mi nueva vecina, que es un poco observadora y se mete hasta la cocina, cree que algún padecimiento debo tener para estar comprando de esta manera. Eso me da tanta risa, que mejor no le aclaro el por qué.

Lo bueno de probar tantos productos es que algunos de ellos resultan tan buenos, que luego los prefiero sobre los que siempre había comprado. A ellos les daremos el premio Carrito del Súper de Oro: las toallitas de limpieza Lysol, las tortitas de cereales Santiver, las papas Naturals de Frito Lay (americanas), la salsa dip Southwestern de Tostitos (americana) y las tostadas Mima.

Los productos acreedores al premio Devoluciones en Servicio al Cliente, por malos, son: las Veronas anti G, los Doritos Iú, el café de sabores Taster's Choice, las galletas Vitaly de Quaker, las mantecadas integrales de Bimbo, las Sabritas Mexicanas y el Kool-Aid Mystery.

Algo resaltable es que no hubo productos orgánicos en México, y eso que es la tendencia más importante a nivel mundial.

Los productos sexistas atacaron fuerte con las frituras Joyas, el agua She, el cereal para la mujer de Quaker, los doritos Iú y el papel Pétalo.

Y fue el año de los pastelitos, desde el Cajerol de Marinela, hasta el último: el Chókolo.

Galletitas

Para no perder la costumbre, con eso del cereal de Princesas, que les funcionó tan bien al principio...

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