Compiten en juegos autóctonos

AutorFélix Barrón e Yngrid Fuentes

El chilillo, el tembini i'umu, el romayá y la pitarra son juegos con raíces mexicanas.

Durante dos días, los cuatro pasatiempos formaron parte del Décimo Campeonato Nacional de Juegos de Destreza Mental que finalizó ayer en la Explanada del Museo de Historia Mexicana.

Bajo dos carpas, 90 personas (cifra oficial) de 10 estados participaron en la justa organizada por la Federación Mexicana de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales (FMJDAT) y, por su contraparte local, la Asociación de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales de Nuevo León.

"Estos juegos me llaman la atención porque me relajan y agilizan la mente", dijo Julieta Rodríguez, ama de casa de la Colonia Independencia, quien compitió en el chilillo, de origen tarahumara.

"Siento que es importante recuperarlos porque ahorita la tecnología está bien avanzada y los niños nada más andan con eso y ni te hacen caso. Con esto no se gasta y tampoco se gasta la vista".

Cada juego tiene sus reglas. En el chilillo el participante tiene que llevar sus canicas por las casillas en un tablero ahuecado, hasta llegar a una línea paralela al punto de salida. Se avanza de acuerdo con los números del dado echado a la suerte.

En la pitarra, del que sólo se sabe que nació en la comunidad de Navajas, en Querétaro, el jugador tiene que colocar tres fichas en línea recta siguiendo los hoyos en el tablero de forma alternada. Al lograr la tercia, elimina una ficha del contrincante colocada en el tablero.

El romayá, tarahumara, y el tembini i'umu, purépecha, tienen estrategias similares. El jugador avanza de acuerdo...

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