Comparten visión de conquista lunar

AutorAideé Molina

Estar ahí fue como regresar cinco siglos atrás al Puerto de Palos, en España, cuando Cristóbal Colón zarpaba rumbo a América.

"Así te puedo describir la sensación de estar presente en el lanzamiento de la misión Apolo XI, de ver a los primeros hombres ir y pisar la Luna", comenta Rafael Puig Gámiz.

Era el 16 de julio de 1969. El mundo estaba paralizado atestiguando lo que cuatro días después se convertiría en uno de los hechos más importantes para la humanidad: la llegada del hombre a la Luna.

Y Puig, entonces estudiante de economía, estaba en Cabo Kennedy, en Florida, a sólo 2 kilómetros de la base de lanzamiento. Regiomontano por adopción, él formó parte de un grupo de mexicanos invitado por el Gobierno de Estados Unidos para presenciar el arranque de la hazaña.

En víspera de la celebración del 35 aniversario de la conquista lunar, Puig Gámiz comparte esta historia.

Tras una nueva conquista

La carrera espacial fue una de las batallas que libraban Estados Unidos y la ex URSS en la Guerra Fría. Para el país vecino, la esperanza de ganar esta lucha estaba en tres astronautas y una misión: Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, en el Apolo XI.

"Todo empezó con los rusos en el 57. Ellos pusieron la pauta y si la Luna la veíamos todavía como que de queso , a partir del Spútnik, el lanzamiento de la perra Laika y de Yuri Gagarin, fue cuando nos dimos cuenta de que estábamos acercándonos a la Luna, pero no sabíamos si los estadounidenses o los rusos llegarían primero".

A finales de los 60, Estados Unidos preparaba el ansiado viaje e invitaba a representantes de diferentes países para testificar el futuro logro.

De México extendió la invitación a 10 directores de medios de comunicación y 10 líderes de organizaciones estudiantiles, entre ellos a Puig Gámiz, quien a sus 21 años dirigía el Bloque de Estudiantes Veracruzanos.

Los testigos de honor serían 3 mil personas: intelectuales, científicos y políticos, entre ellos, Lyndon B. Johnson, ex Presidente estadounidense.

"Para entrar a Cabo Kennedy tuvimos que ser escoltados porque había una gran fila de autos que trataban de presenciar el lanzamiento", cuenta el actual vecino de la Colonia Cumbres. "Se calculó a cerca de un millón de personas instaladas alrededor de la base. Se veían tiendas de campaña, tráileres...".

Finalmente, el despegue llegó. Un sonido como de pirotecnia y una gran cantidad de humo sirvieron de antesala para la salida del Saturno V, cohete que impulsó al módulo lunar...

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