Colaborador Invitado / Mauricio González: El remolino

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En ocasiones las fuerzas de la naturaleza se manifiestan también en las sociedades. Desde hace tiempo, la economía mexicana se desacelera, esto es, crece, pero cada vez menos y puede caer en un remolino.

El PIB de 2015 alcanzó su mayor aumento de los últimos seis años (3.3 por ciento) y el de 2018 apenas llegó a 2 por ciento. Siempre es bueno recordar que una décima de PIB equivale a 23 mil millones de pesos, por lo que la falta de vitalidad económica no es trivial.

En todo el mundo las economías son caprichosas y se mueven en ciclos de expansión y desaceleración. Es común que los gobiernos traten de amortiguar las fases de caída, a fin de no padecer las consecuencias políticas que éstas generan: gente sin trabajo, bajas ventas y escasa producción. Desafortunadamente las más de las veces no logran su propósito y, por lo contrario, generan más problemas de los que resuelven: inflación, devaluación, endeudamiento público excesivo y desempleo.

La economía mexicana está transitando de una desaceleración moderada a un remolino que amenaza atraparla por tiempo indefinido, que funciona como sigue: la fabricación de bienes y servicios crece cada vez a una menor tasa, debido a que el gasto de los hogares pierde fuerza.

Esto conlleva a que las empresas reduzcan su ritmo de producción y se deshagan de sus inventarios. En ese proceso disminuyen la contratación de personal nuevo, cancelan las compras de maquinaria y equipo y las ampliaciones de fábricas y establecimientos. Todo esto se traduce en un deterioro del ingreso en la economía que frena el consumo y ocasiona que el remolino cobre fuerza.

En la transición post-electoral, entre julio y octubre de 2018, no se había observado tal fenómeno. De noviembre en adelante, la historia cambió.

Numerosas estadísticas de producción industrial y de servicios han comenzado a dar un giro preocupante a partir de diciembre. Aproximadamente 20 ramas productivas de la industria y los servicios que venían creciendo en los primeros 10 meses del año, comenzaron a contraerse a fin del año pasado. En algunos casos el deterioro es leve, como en prendas de vestir, con -0.4 por ciento, en otros es significativo, como cemento, cal y yeso o...

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