Ciudadanos entran al quite por migrantes

AutorImelda Robles y Daniel Reyes

Mientras que las autoridades federales y estatales no atienden a los migrantes "tirados" en Monterrey, y hasta niegan el hecho, los ciudadanos entran al quite echándoles una mano.

Llevándoles alimentos, consiguiéndoles ropa y ofreciendo un lugar para dormir, los regiomontanos no han dejado solos a los más de mil 300 centroamericanos que ya fueron traídos por las autoridades y abandonados a su suerte en las calles de la Ciudad, y a los que diariamente se suman más.

El domingo, por ejemplo, la asociación Hogar de Cristo, de Juárez, llevó comida para unos 200 migrantes a los alrededores de Casa Indi, que funge como albergue.

Ahí estaban los nicaragüenses José Ramírez, con su hijo Steben, de 1 año, y Norlan González con su hijo Yaslam, de 5, que llegaron de Nuevo Laredo la madrugada del 16 de julio.

"(Ese día) nos quedamos en la calle hasta el amanecer", dijo José, a quien una familia le prestó un cuarto para dormir.

Igualmente, Casanicolás ha recibido a más de 100 migrantes que enfrentaron esa situación.

Enrique Virgen, trabajador del lugar, contó que una madrugada abrió la puerta a seis mujeres que llegaron con niños, pese a que el protocolo de seguridad establece que no debió hacerlo.

"A veces me brinco las trancas de las reglas", dijo, "pero es que no puedo dejarlos afuera. Son seres humanos".

Incluso, a unos los llevó el sábado a un tianguis a comprar ropa.

Migrantes señalaron que llegaron a los albergues gracias al apoyo de ciudadanos que les dieron información y ayudaron económicamente.

El Padre Felipe de Jesús Sánchez...

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