Cita con el Canal

AutorVíctor Juárez

FOTO: VÍCTOR JUÁREZ

ENVIADO

CIUDAD DE PANAMÁ. Hay más de una forma en que el Canal de Panamá puede asombrar a un visitante.

Ya sea en el aire, divisando los buques que se aproximan desde el Pacífico; tal vez en coche, cruzando el Puente de las Américas en hora pico u observando, desde la playa, a los portacontenedores que enfilan hacia el océano ubicado en el extremo opuesto.

Nada te prepara para conocerlo de noche, en la intimidad de una cena.

Andábamos buscando una experiencia cercana en las Esclusas de Miraflores, el único sitio dentro de las instalaciones del Canal permitido para el turismo, pero nuestro guía postergó el anuncio de lo que veríamos en realidad: la esclusa para nosotros y para nadie más.

Con ello, descarté la idea de conocer esta icónica obra de ingeniería atestiguando el asombro de los miles de visitantes que recibe diariamente y no solamente el mío; hacer fila como el resto para entrar al museo y comprender ahí la tecnología y el ímpetu que permitieron su construcción.

Contagiarme, quizá, de emoción por saludar a la tripulación de un buque.

Aunque el Canal es la columna vertebral de todo el país, acceder a sus instalaciones no es tan sencillo, pues no deja de ser una obra monumental consagrada al comercio, que transita por estos 80 kilómetros permanentemente, en grandes volúmenes y desde todas partes del mundo.

Así, al transitar por las vías congestionadas de esta capital, uno tiene que adentrarse unos 10 kilómetros en el territorio panameño sobre la Avenida Omar Torrijos para llegar a Miraflores.

El camino está lleno de vegetación espesa y edificios que alguna vez fueron instalaciones militares, navales o comerciales durante los años de la ocupación de los "zonianos", como se llamaban a sí mismos los estadounidenses de la Zona.

Pero es de noche y sólo vemos las luces que iluminan el paso de los portacontenedores, las de las grúas y las que iluminan la entrada al Centro de Visitantes de las Esclusas de Miraflores, donde nos recibe Javier, quien ha sido guía los últimos 13 años.

El último personaje que se detuvo en el mismo lugar que nosotros fue el ex presidente de EU, Barack Obama, en 2015.

Tal como hacen los buques, nosotros cruzamos una serie de puertas para encontrarnos frente a frente con las esclusas: colosos de 25 metros de alto y 33 metros de ancho, funcionando a la perfección al igual que hace 105 años, sin margen para el error.

Hay algo entrañable en el funcionamiento de este Canal.

"Para mí trabajar aquí...

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