Con el cielo en la mira

AutorYngrid Fuentes y Jorge Alberto García

Preparan sus alas para volar

Yngrid Fuentes

¿La experiencia más gratificante?... es volar, coinciden estudiantes de la Escuela de Aviación Asteca.

El poder ir avanzando niveles hasta pilotear una nave, desarrollar disciplina y organización en todo lo que se hace, y ser responsable de otras vidas al estar en el aire, es parte del premio final de poder ver el mundo desde las alturas.

Mientras algunos sueñan con profesiones relacionadas con ingeniería, arquitectura, arte o medicina, ellos optan por un poco de ciencia, mecánica, adrenalina y aprendizaje práctico. Su sueño es volar... literalmente.

"Es una experiencia indescriptible, es una sensación emocionante, satisfactoria y en cierto momento inexplicable. Muchas veces como que la emoción, las ganas, las ansias de subirte y tener en tus manos el control de la aeronave, no te imaginas cómo va a ser la sensación. Es un gozo", afirma Dietter Guzmán, de 30 años, quien realiza sus estudios para piloto comercial.

Aunque su vocación, al igual que todas, viene con sus retos y dificultades, los estudiantes de aviación parecen descartarlos cada vez que se acercan a una aeronave.

EL DESPEGUE DE UN SUEÑO

El vivir desde pequeño cerca del aeropuerto de Monterrey despertó en Jeffrey Dibella, de 20 años, la inquietud de ser piloto. Los aviones siempre habitaron en su visión del cielo, y con un padre que viajaba constantemente, el deseo de ser parte y protagonista de lo que veía lo llevó eventualmente a la escuela de aviación.

"Siempre he visto el cielo y he visto un avión, por estar cerca del aeropuerto he tenido vecinos que son pilotos, mi papá estuvo viajando mucho un tiempo, entonces, a cada ratito era llevarlo y traerlo del aeropuerto. Como que todo eso me fue empapando y me despertó el interés", comenta.

"Volar es el mayor privilegio. Haces muchas cosas que nadie imaginaría o nadie piensa, mucha gente cree que nada más te subes al avión y ya, le das, aterrizas y ya".

Para ser profesional se estudia un año y medio. Primero son tres horas diarias durante seis meses para piloto privado, que consiste en saber volar, ya sea por hobbie, sin recibir sueldo, y seis horas diarias durante 12 meses para piloto comercial.

LOS RETOS DE VOLAR

Para ser piloto, indica José Toraño Sada, de 22 años, es necesario buscar siempre ser el mejor, por ser una carrera muy competida y tener que concursar para poder trabajar en una línea aérea, el sueño de la mayoría.

Algunas de las materias que reciben en la escuela, fundada en 1995 en la Ciudad de México y con una sub-base en Monterrey, son Introducción a Sistemas de Posicionamiento Global, Navegación...

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