Hasta el chongo de delicias

AutorClaudia Mendoza

La tradición no muere en Michoacán, en donde celebrar el 2 de noviembre tiene un sabor especial para sus pobladores y los turistas que visitan el estado con el fin de vivir de cerca esta fecha y degustar la variedad de caldos, guisos y antojitos que son parte de la fiesta del Día de los Santos Difuntos.

Las velas, los rezos, las flores y los recuerdos frente a las últimas moradas son parte del escenario para degustar un caldo michi, corundas, uchepos, chongos y ates, símbolos de una cocina que destaca dentro de las más variadas y ricas de México.

Michoacán, en especial Pátzcuaro, se prepara para cocinar su festejo, en el que se mezclan la nostalgia por los que ya se han ido y la tradición de celebrar a los fallecidos con comida, dulces, luces y música.

Janitzio, una de las islas del Lago de Pátzcuaro, es también sede de esta fiesta. La noche del 1 de noviembre se ponen servilletas bordadas sobre las tumbas y encima los alimentos que eran del gusto de los desaparecidos.

"El ambiente de Janitzio y otros poblados en la víspera del Día de Muertos es de gran fiesta, hasta que empieza el lúgubre tañer de las campanas y, al conjuro mágico de los sonoros bronces, las almas de ultratumba se presentan y los vivos se congregan ante los despojos mortales de los desaparecidos.

"Llenas de amor, van llegando almas piadosas con las ofrendas; cortan flores, llevan dulces, consagran alimentos como panes, dulces y frutos. Con ello erigen un altar sobre la tumba y se sientan resignadas y llorosas a contemplar las llamas de los cirios y hacer oraciones por los muertos", describe el sitio www.folklorico.com.

Estado conocido como la tierra de los purépechas, Michoacán ha...

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