México Channel / Disfrute un increíble Bosque de Piedra

AutorHarry Möller

No es fácil describir lo que ocurrió, pero intentémoslo tratando de explicar el gigantesco "tiradero" de piedras que hasta la fecha llena 60 kilómetros cuadrados en una cuenca geográfica situada donde Durango roza la frontera con Coahuila, es decir, a un paso de Torreón.

Poco a poco, durante el largo proceso de formación de nuestro planeta, el hirviente depósito de rocas líquidas que llamamos magma y que se encuentra debajo de la corteza terrestre empezó a empujar hacia arriba, levantó trillones de toneladas de roca, y finalmente fue una monstruosa masa de magma que adquirió, al aflorar, una forma cilíndrica que fue alzándose sin cesar.

Imaginemos la pasta surgiendo de un tubo de dentífrico, pero exageradamente grande, tanto que llegó a ser una descomunal torre de unos 400 metros de altura y aproximadamente 8 kilómetros de diámetro.

Aquello debe haber sido un espectáculo sobrecogedor: un gigantesco cilindro de granito puro que se alzaba en medio de un anfiteatro montañoso, hace unos 30 ó 35 millones de años. Lástima que no hubo quién lo viera.

Los edificios pétreos de este tipo reciben el nombre científico de lacolitos, que significa: "intrusión magmática, de forma de media lenteja, con la parte plana en la base (...). Muchas veces alcanzan el tamaño de una montaña, y en ocasiones son puestos al descubierto por la erosión".

Sin embargo, este lacolito sí emergió en gran parte. Este fenómeno geológico fue descubierto por los especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México hace unos 38 años, aproximadamente, y está consignado en la "hoja Torreón" de la Carta Geológica de México, (UNAM 1966).

Lo que hace particularmente valioso este fenómeno es que se trata, hasta donde se sabe, del mayor de su tipo en todo México.

En el curso de más de 300 siglos deben haber ocurrido numerosos cataclismos y juegos de fuerzas terrestres que deben haber agrietado y desmoronado el granito hasta producir su derrumbe total.

Y siguió el inevitable proceso de erosión (lluvias, viento con arena, etc.) que puliría los trozos de granito hasta darles semejanza con indescriptibles esculturas.

Y eso es hoy lo que podemos ver: los escombros de aquel portento. Lo hemos llamado el Bosque de Piedra, porque ésta presenta una variedad de formas, tamaños y disposiciones como sólo un bosque puede hacerlo.

Toda esta larga introducción ha sido necesaria para no crearle falsas expectativas al probable visitante. El lugar se presenta seco, árido, inhóspito y desolado...

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