Célebres Vecinos/ Manú Rodrigué: Astro de los escenarios

AutorMario Anteo

Desde niño lo fascinaron las dotes teatrales de su madre. Esta despotricaba contra su suegra, acusándola de bruja, chinche, gusano. Lo hacía sólo cuando la suegra se ausentaba, pues si la tenía enfrente le decía "mamita" y hasta la abrazaba y le regalaba chocolates. Así, Manuel Rodríguez supo que la especie humana podía enmascarar sus sentimientos, fingir un dolor inexistente, simular alborozos.

El descubrimiento sirvió para que Manuel evitara la escuela. Por las mañanas fingía ora un dolor estomacal, una desgarrante tos o una gripa galopante. Muchos años después el actor declararía a la prensa que desde entonces, mientras se retorcía en la cama simulando un horrendo cólico, supo de los placeres que reportaba la hipocresía.

Al entrar a la Secundaria se inscribió en el taller de teatro de la escuela. Su primer papel fue el de mayordomo en una obra ambientada en el México antiguo. Decía apenas una línea ("Pasad al comedor, la cena está servida"), pero siquiera lucía un impresionante traje. Su segunda obra fue "De frente en el frente". Esta vez su personaje se llamó Soldado 3, quien exclamaba junto a sus compañeros de trinchera: "¡Qué espantosas son las guerras!". Debía decirlo con el corazón en la mano y la mirada perdida en el infinito. O sea que el papel requirió un intenso ensayo.

En su obra "Y Manuel se convirtió en Manú", el crítico teatral Fernando de Uta nos habla de cuando Manuel cambió de nombre: "Cierta vez que la Escuela de Teatro de la Uni se disponía a imprimir el programa de "Macbeth" (donde Manuel representaba la Bruja 2), el novel actor solicitó cambiar su nombre. Necesitaba un seudónimo cadencioso y de eufonía internacional. Y así, Manuel Rodríguez devino Manú Rodrigué".

"Macbeth" fue la entrada de Manú al mundo de Shakespeare. Desde entonces supo que todo actor serio había nacido para representar el papel de Hamlet. Manú no moriría sin antes meterse en los zapatos del príncipe de Dinamarca. Y lo haría en Nueva York o Londres con teatro lleno. Se imaginaba haciendo una...

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