Rafael Fernández de Castro / Condicionantes internos de la política exterior de Fox

AutorRafael Fernández de Castro

El 2 de julio del 2000 y la transición inacabada a la democracia han traído, sin embargo, nuevas y mayores incertidumbres a la formulación de la política exterior. Tres factores son los que mayormente han complicado el panorama a un Ejecutivo que generalmente actuaba con enorme discreción en el terreno diplomático: problemas en las líneas de mando; el Congreso y los Gobernadores.

  1. Línea de mando.

    Paradójicamente las mayores dificultades para tener una política exterior ordenada en el sexenio del cambio no provienen de la difusión del poder a nuevos actores -el Congreso y los Gobernadores-, sino a un problema endémico del Gobierno de Vicente Fox, la incapacidad para disciplinar al gabinete y mantener líneas de mando claras.

    La política exterior de Estados Unidos es el clásico ejemplo internacional de falta de coherencia y coordinación. La división de poderes constitucional está a la base de grandes enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Legislativo. Pero también al interior del propio Ejecutivo se dan enormes desavenencias en un proceso caracterizado como lucha inter-burocrática; es decir, cada Secretaría de Estado defiende su clientela: Comercio a los empresarios, Agricultura al campo y Defensa a los militares.

    La falta de coordinación en la formulación de la política exterior de Washington hacia México ha sido un fenómeno casi perenne en la relación bilateral. Pero cuando el Presidente pone un gran interés en México, como es el caso de Bush I o el inicio de Bush II, o bien la seguridad nacional está en juego, la falta de coordinación mengua considerablemente. Es decir, el Ejecutivo por lo general retiene la capacidad de disciplinar a la burocracia.

    Pero en México ése no parece ser el caso. La falta de coordinación entre los miembros del gabinete se explica por la incapacidad de Vicente Fox (a menudo por omisión pues no parecen importarle las peleas entre el gabinete) de disciplinar a su equipo. De manera que más que observar una lucha burocrática en la que cada Secretaría de Estado defiende a su clientela, lo que tenemos es una lucha cruda por el poder. Ejemplos sobran. Los Secretarios de Estado que no están en el ámbito de energía no colaboran con la reforma eléctrica, pues podría incrementar los bonos de Felipe Calderón para la Presidencia; desde luego que el Canciller Derbez ya no está solo en el terreno migratorio, pues como se ha convertido en un tema tan cotizado por la opinión pública, que al menos dos Secretarios con aspiraciones...

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