El caso de Ruy

Mientras realizaba uno de sus entrenamientos para competir en la carrera 21K Monterrey, el corredor Ruy Sánchez comenzó a toser.

Al inicio pensó que se trataba de una tos pasajera, pero nunca se le ocurrió que la causante era la contaminación y, mucho menos, que le arrebataría una de sus actividades favoritas.

"Empecé con la tos cuando ya faltaban como dos semanas para la carrera", cuenta Ruy.

"Avanzó rápido a convertirse en una tos muy repetitiva, más intensa. Yo me daba cuenta cuando iba a correr, a mitad de que iba corriendo empezaba a toser, corría otro rato y seguía tosiendo".

Cuando sintió que su desempeño había disminuido, consultó con un médico, inició con tratamiento, pero no tuvo una mejoría. La tos se intensificó a tal grado de provocarle dolores en el pecho y espalda. Tuvo que dejar de correr.

"De plano ya no podía correr. Sentía una impotencia de ver que mis compañeros realizaban sus entrenamientos, iban a carreras, incluso me invitaban y yo no lo podía hacer", expresa.

"Había momentos en los que ya ni siquiera podía dormir porque me despertaba en la noche tosiendo. Una noche estuvo muy fuerte la tos. Empezaba tose y tose y, por lo mismo, me vomitaba".

Fue entonces cuando le diagnosticaron rinosinusitis, una inflamación e infección de la cavidad nasal, causada por correr al aire libre en una ciudad tan contaminada.

Inició tratamiento médico, pero el doctor le...

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