Casas únicas

AutorEntremuros / Staff

Las innegables ventajas de vivir en una ciudad, como el acceso a servicios públicos, educativos, culturales y de salud, no siempre compensan el estrés generado en la vida diaria por el pesado tránsito, una mala calidad del aire o un reducido contacto con la naturaleza.

Estos dos últimos son males que difícilmente aquejarán a quienes habitan en las residencias que a continuación se presentan, pues se encuentran alejadas de focos de población urbanos.

Pero el encanto de estas casas no se debe tanto a su aislamiento como a los espectaculares paisajes naturales en los que están inmersas y su integración con los mismos, alcanzada gracias a un diseño arquitectónico con el que se busca sacar ventaja de factores como el clima y la vista sin robarles el protagonismo.

El uso de materiales locales, la implementación de tecnología para la autosuficiencia energética y el aprovechamiento de la naturaleza misma por medio del diseño pasivo son algunas características que comparten en su estilizado trazo.

CORRALES DE VORONOI

· decaARCHITECTURE

· Isla de Milos, Grecia

AL BORDE DEL ACANTILADO

Cuando, a petición de los arquitectos, una botanóloga realizó un estudio del terreno donde se ubica esta residencia, encontró en la maquia -bosque perenne de arbustos y árboles bajos- 86 especies diferentes de plantas nativas.

El objetivo que guió el diseño fue la amplificación de las sensaciones causadas por semejante diversidad de flora, así como por la riqueza geológica de la isla, la cual se debe a su origen volcánico y puede observarse en los acantilados de piedra caliza que se alzan junto al mar.

"Exploramos maneras nuevas y responsables de cómo incorporar los usos de estas casas dentro de los paisajes a los que pertenecen, en vez de tratar el lugar como 'tabula rasa' y borrar todas sus relaciones con el contexto", explicó el arquitecto mexicano Carlos Loperena, del despacho decaARCHITECTURE.

Para responder a la escala y potencial del terreno se crearon cuatro espacios separados, a los que llamaron corrales, cuyos bordes se definen con la distinción de la vegetación nativa y las áreas domesticadas.

Las construcciones se adecuan a las limitaciones de tamaño, pues los 60 mil metros cuadrados de terreno se encuentran dentro de una zona de protección ambiental, lo que sirve al panorama.

"Cada corral forma parte de una experiencia total. No se trata solamente de una pequeña casa de veraneo, sino también la experiencia de vivir en un paisaje muy diverso", señaló Loperena.

DISEÑO HETEROGÉNEO

La estructura más conspicua es el Corral de Inmersión, un edificio de 170 metros cuyos volúmenes inclinados siguen el declive natural de la meseta sobre la que se ubica.

Los...

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