Cartas a El Norte
| Autor | Ovidio Montes Aguilar, Arnulfo Marcial Rizo Moreno, Jorge Villanueva, Ignacio V. Villarreal y Óscar Rangel Venzor |
Democracia simulada
El Presidente acaba de sepultar una importante obra pública con una consulta a mano alzada.
Se siente como democracia, ya que le preguntó al "pueblo". Desgraciadamente, no sabemos quiénes son ese "pueblo", podrían ser acarreados del partido en el poder.
¿Cuántos simulacros de democracia hemos tenido en seis meses? El aeropuerto de Texcoco, el Tren Maya, la respuesta de México a Trump... Consultas a mano alzada y consultas patito con urnas en las que puedes votar tres o cuatro veces.
¿Cuántos simulacros nos quedan en los próximos cinco años?
¿No hay leyes que acoten esta farsa para el País?
OVIDIO MONTES AGUILAR / Col. Cerradas de Casablanca, San Nicolás
'Que alguien lo pare'
Siguiendo su forma folclórica de hablar, podemos decir que nuestro Presidente se la bañó al cancelar una obra en La Laguna, según publica en primera plana EL NORTE mediante una consulta gansito (perdón, patito), que se llevó medio minuto.
Esta forma de administrar los bienes públicos, tan poco seria y casi burlesca, si estuviéramos en presencia de un administrador de empresa particular, encajaría en el delito de administración fraudulenta, al fallar en la diligencia y fidelidad debida al patrimonio ajeno, o capital de la empresa.
¿Qué no será posible que los Gobernadores de Durango y Coahuila en representación de su ciudadanía puedan gestionar un amparo?
¿No será posible que le finquen una demanda por peculado, para que no siga haciendo de las suyas con el dinero del aguantador pueblo?
¿Y dónde está el Poder Judicial, que debería revisar y reclamar sobre la legalidad y sanciones de este alarde presidencial?
Que alguien lo pare, por favor. Estamos a tiempo.
ARNULFO MARCIAL RIZO MORENO / Col. Del Paseo Residencial, Monterrey
Soluciones aeroportuarias
En tiempos de la antigua Roma, lo normal era que, por encima de expertos, la opinión del César era la que prevalecía, pero eso ya pasó a la historia.
Ahora estamos en una República y nos sentimos liberales, y la opinión de la mayoría es la que cuenta.
Ello casi nos obliga a la elaboración de una consulta real, para conocer si la comunidad prefiere el NAIM o Santa Lucía.
¿Tendría más peso la opinión de una sola persona o grupo a la capacidad pensante de toda la sociedad? Además, si tanto se ponderaron las consultas, ahora sería el momento de demostrarlo.
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