Carmen Aristegui F. / Monumental

AutorCarmen Aristegui F.

Con una espontaneidad y contundencia infrecuentes en los funcionarios, Luis Téllez, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, dijo lo que piensa sobre la magnitud de la crisis que se avecina. Será "monumental", dijo.

Seguramente al percatarse del tamaño de su dicho y recordando su condición de Secretario de Estado, repasó la idea, pero sin retractarse: "Sé que como funcionario público muchas veces no se habla de que vamos a tener una crisis del tamaño del mundo, pero la vamos a tener".

No se trata de festejar lo que dice el Secretario porque, ciertamente, no hay nada que festejar, pero sí de hacer notar el talante diverso de los miembros del gabinete frente a una perspectiva tan incierta como la que se asoma para el mundo.

Luis Téllez explicó y detalló -frente a estudiantes de la Universidad Iberoamericana- cómo se han frenado o pospuesto, en los últimos días, proyectos de inversión y licitaciones como la del aeropuerto en la Riviera Maya, el tren suburbano o la terminal multimodal Punta Colonet. Detalló la caída de más de 25 por ciento en automóviles y unidades pesadas sólo en el último mes. "Ahorita, el crédito está totalmente seco". Tendremos "una caída muy fuerte en la actividad económica". Dijo así, llanamente. Sin anestesia.

Lo dicho por Téllez contrasta con el "catarrito" del que hablaba Carstens hasta hace unos días -antes, por supuesto, del anuncio de medidas de emergencia hecho ayer antier por Felipe Calderón-, pero contrasta aún más con la inopinada declaración de un joven que dice ser el Secretario de Economía, pero que aún nadie termina por creerlo. Empezando por él.

Hace poco más de una semana, ya con el tsunami enfrente, nos salió con que "tomar medidas extraordinarias sería anticipar algo que aún no pasa". Vaya declaración bofa frente a lo que se está viviendo. Eso pasa cuando alguien llega a ser Secretario de Estado con una única credencial visible: ser amigo del Presidente y/o de su Secretario de Gobernación. Entre una declaración y la otra, me quedó con la primera. Preferible la crudeza a la simulación.

Los expertos, más o menos, coinciden en que el país hoy tiene mejores condiciones -que las que tuvo en otros momentos- para soportar los embates externos, pero nadie sostiene que somos inmunes. El problema mayor es que embates de este calibre no se veían desde 1929. Hay sólo una cosa cierta: el sentido de la caída; quebrantos financieros, hipotecarios y bancarios; desplome de las bolsas y contagio a la economía real...

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