Carmen Aristegui F. / Fox no vetó

AutorCarmen Aristegui F.

No sé si será peligroso pero no es inoportuno.

Whitman

Para estar a tono con el recuerdo de la crucifixión, este martes, al filo de las vacaciones de Semana Santa, cuando los menos estarían atentos, el Ejecutivo publicó el decreto de reformas a las Leyes de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones.

El Presidente Vicente Fox decidió, finalmente, no hacerle ninguna observación a lo aprobado por diputados y senadores de la República al nuevo marco legal para la radio y la televisión en nuestro país. Debiéndolo hacer, decidió no vetar. Hizo caso omiso de las voces que le solicitaron o exigieron que devolviera esas leyes al Congreso para corregir lo que hiciera falta corregir.

No atendió, ni siquiera, las opiniones de los organismos gubernamentales y autoridades de competencia y telecomunicaciones que claramente describieron los inconvenientes y riesgos de la controvertida minuta enviada por los diputados como Cámara de Origen a la de Senadores, que se negó a sí misma como Cámara Revisora. Como padre magnánimo, declaró que no había metido la mano, que había dejado y respetado el caminar del Legislativo, y que reconocía la manera democrática en que se había hecho. Como si la Ley no le confiriera atribuciones clarísimas para ello y como si no hubiera metido la mano hasta el codo en otras iniciativas. A la manera de un Pilatos inverosímil trató de eludir, de mala forma, su propia responsabilidad.

Quedarán para el registro varias cosas: la unanimidad más endeble de la que tengamos memoria. Los diputados arrepentidos. La votación de los siete minutos en un tema pendiente 30 años atrás. El "me equivoqué" insostenible de Pablo Gómez. El silencio ominoso en la Torre del Caballito. Las consultas ignoradas. El debate ganado y la votación perdida. 2 a 1 en San Lázaro. La madrugada infructuosa. El saco de Diego. La minuta aprobada. El manto de la sospecha.

Al coro de impugnaciones, ahora se suma la renuncia de Salma Jalife Villalón, Clara Luz Álvarez González de Castilla y Abel Hibert Sánchez en la Comisión Federal de Telecomunicaciones. Dieron sus razones: "Es un retroceso... limita la competencia del sector e introduce un carácter discriminatorio en el otorgamiento de concesiones". Fue una renuncia de refrendo a lo ya expuesto, junto con su presidente Jorge Arredondo -quien decidió mantenerse en su encargo- en febrero pasado y que enviaron a los legisladores para definir una posición institucional. Definían ahí una reforma que es contraria a las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR