Carmen Aristegui F. / La encrucijada

AutorCarmen Aristegui F.

El Presidente Donald Trump ha puesto en jaque a México de una forma desconsiderada, grosera e irresponsable.

El Mandatario nos tiene en vilo, con amenazas comerciales que pueden desatar una espiral de pronóstico reservado. Habría consecuencias de todo tipo en ambos lados de la frontera.

Es obvio que la ecuación que plantea Trump es la de perder-perder para las dos naciones, y dada la asimetría existente México sería el que llevaría la peor parte.

Esquizofrénico resulta que el Gobierno de Estados Unidos coloque a su principal socio comercial, con quien acaba de firmar la modernización de un tratado de libre comercio, en la antesala de someterlo con cargas arancelarias progresivas en todos los productos que exporte México a la Unión Americana.

A leguas se percibe el tufillo electoral que emana de todo esto. Trump se jacta -ha escrito libros sobre eso- de sus habilidades para poner de rodillas a aquellos que se ven obligados a negociar algo con él. A México lo trata como enemigo, como lo dice Nancy Pelosi, la líder demócrata, y al parecer la única que lo saca de sus casillas.

La decisión de Trump de imponer aranceles draconianos a México busca desviar la atención del informe Mueller sobre la intervención rusa en las elecciones de 2016. El juego de Trump, que incluye a China, India, Cuba, entre otros, obviamente busca distraer a los votantes de los hallazgos del Fiscal.

El escenario para México no podía ser más complejo. A la desaceleración de los últimos meses, se agrega esta bomba de incertidumbre y, para rematar, las calificadoras sorrajan cambios a la calificación soberana del País para bajarla de estable a negativa y lo anuncian justo a la mitad del trance.

Ya no se sabe si el afán de bajar la nota a México, y a Pemex en específico, justo en este momento, tenía como propósito informar a los inversionistas o si las movió cierto interés en remarcar o profundizar el momento crítico.

Se ha anunciado una tercera ronda de negociaciones entre México y Estados Unidos para tratar de llegar a algún acuerdo, antes de que se cumpla la amenaza en contra de nuestro País, a quien se le exige que frene la migración indocumentada.

El lado estadounidense empuja para que México acepte convertirse en un "Tercer País Seguro", como señal de que está cooperando, y poder reconsiderar los aranceles progresivos.

La opción para México es un clavo ardiente. Si acepta, jugará un papel que no quiere jugar y para el cual no está preparado. Si no acepta, Trump apretará...

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