CAPITANES

¿Y dónde está el piloto?

Por si le faltaban problemas a Fernando Perfecto, líder de ASPA, el sindicato de pilotos, además del caso Mexicana, ahora tendrá que cargar con sueños truncados de algunos nuevos pilotos.

Aeroméxico Connect planteó a ASPA hace un mes la contratación de 15 pilotos para atender el crecimiento de esta aerolínea, que forma parte del grupo que preside José Luis Barraza.

Ahí, en Aeroméxico, planean incorporar un avión que entraría en operaciones en marzo, para llegar a un total de 46 aeronaves.

La empresa hizo su trabajo y seleccionó a quienes consideró mejor capacitados para ocupar nuevos puestos.

Pero desde las oficinas de ASPA nos advierten que fue detenido el proceso de contratación.

Sucede que el sindicato quiere proponer para esos cargos a pilotos de Mexicana que se quedarán sin trabajo, quizás aún cuando reinicie operaciones.

Por eso, los nuevos talentos tendrán que esperar otro momento para ingresar a una empresa grande.

En pista de despegue

Estaba más o menos claro que algo sabía Enrique Beltranena, director de Volaris, en torno al regreso de México a Categoría estadounidense 1, en materia de seguridad aérea.

Desde la semana pasada surgieron rumores de que la aerolínea de Pedro Aspe, iniciaría el 13 de diciembre su vuelo de Guadalajara a Chicago.

Es una nueva ruta para esta empresa, misma que no podía empezar con el país en Categoría 2 en esa escala de seguridad.

Lo que haya sabido Beltranena fue porque trabajó de cerca con la SCT de Juan Molinar, para que México recuperase la Categoría 1 antes del inicio del periodo vacacional.

Supo de primera mano de las deficiencias encontradas por las autoridades de Estados Unidos, por eso sabía que México sería aprobado cuando éstas fuesen resueltas. Eso concluyó ayer.

Ante las dudas, tenía un plan B, de Beltranena.

Si iniciaban las vacaciones y México seguía en Categoría 2, habría usado el permiso de vuelos charters que ya había obtenido con anterioridad para esa ruta.

Vitro expectante

Los muchachos de Hugo Lara, capitán de Vitro, esperan el 7 de diciembre con más ansiedad que la Navidad.

Ese día vence el plazo para que sus acreedores den el sí al plan de reestructura de esta vidriera regiomontana.

En Monterrey confían que todo está más o menos planchado. Su duda está en la corte del juez de bancarrotas, Russell Felms, de Fort Worth, Texas.

Allá están las quejas de quienes le prestaron dinero a Vitro a cambio de pagarés, o bonos. Son los famosos "tenedores".

La firma de...

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