Capital Intelectual/ Hablando se entiende... (I)

AutorDaniel Ochoa García

La conversación es la mejor herramienta para facilitar la convivencia.

Durante una buena parte de nuestra formación escolar aprendemos que está prohibido conversar durante clases, de hecho recibimos serias amonestaciones cuando se nos sorprendía intercambiando comentarios con nuestro vecino(a) de pupitre. De esta manera aprendemos a que durante las clases y cuando se está realizando la tarea no se debe platicar, y observamos cómo aquellos que obtienen mejores calificaciones en el aspecto de conducta, son los participantes pasivos: los que escuchan atentamente y hablan sólo cuando les es permitido. Y así una o dos décadas más tarde en la universidad se critica a los alumnos que no aportan, que sólo van a clases a tomar notas y que "hay que sacarles sus opiniones con mucho esfuerzo".

Qué contradictorio, formamos niños bajo el esquema de: "no me interrumpas", "no te metas en las conversaciones de los mayores", "no me contestes así", "a tu mamá no le hablas de tal o cual modo", etcétera. Y cuando son mayores les criticamos su falta de iniciativa para entablar conversaciones, falta de confianza para hablar en público y el que sean poco asertivos cuando exigen lo que les corresponde. La verdad de las cosas es que no se nos enseña a conversar e inclusive asociamos el concepto de diálogo con el tema de "charlas sociales", como si la comunicación cara-a-cara fuera un asunto poco serio.

"Es puro rollo."

"En su esencia más importante, cada organización es producto de la forma en que sus miembros piensa e interactúan entre ellos," es decir, la forma en que conversan. Esto lo dice el célebre Peter Senge en su libro "La Quinta Disciplina", y lo refuerza argumentando: "parece que hemos olvidado el inmenso valor en cuanto a sabiduría y conocimiento que se adquiere a través del diálogo en las empresas".

Es difícil pensar que existe otra forma para resolver tantos y tan variados problemas como lo hace una simple conversación. Cuando cualquier persona es agobiada por alguna situación problemática siempre encuentra que el camino de la solución se inicia precisamente platicando, intercambiando palabras con una o más personas que poseen más conocimiento o experiencia en el tipo de situación que desea resolver.

Tan sólo reflexione en todas las opciones que podemos obtener a través de una conversación, es posible: modificar la actitud, construir relaciones a largo plazo, establecer compromisos, aclarar situaciones complejas, construir una visión compartida, formar...

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