'Cangrejos al compás'

AutorRoberto Zamarripa

México.- Como en el monólogo de Hamlet, el protagonista aparece al centro del escenario sentado en una silla acojinada, pero en lugar de cráneo trae en sus manos un enorme ladrillo, el Informe de Gobierno que levanta a la altura de su pecho como si exhibiera un diploma.

Ese hombre es el Presidente de la República, sin banda presidencial, apenas con una banderita tricolor a modo de fistol, sobre su saco oscuro. En su rostro corre una sonrisa pícara.

De frente tiene a una representación sui generis de la República. Son sus invitados. En primera fila, al centro, su familia. En la fila siguiente, detrás, los empresarios que le aconsejan y le ayudan. Carlos Slim, elogiado; Alfredo Harp, Emilio Azcárraga y, a su lado, casualmente en esa segunda fila de machuchones, Jaime Bonilla, el Gobernador electo de Baja California, por si hubiera dudas de con quien cuenta el Presidente. Sus demás colegas Gobernadores están en las filas del extremo.

Inicia el soliloquio. Andrés Manuel López Obrador deja la silla y se dirige al atril a su costado derecho para dar un mensaje por su Informe de Gobierno. El Informe es el Primero, bueno, no, el Tercero, porque el calendario de la Cuarta tiene otros datos. Para evitar un dilema jurídico de que el Presidente rindiera su Informe de Gobierno antes de haberlo entregado al Congreso, los asesores jurídicos del Presidente deciden bautizar la ceremonia como "Tercer Informe al Pueblo de México", aunque la invitación convoque expresamente a acudir al "Primer Informe de Gobierno".

El galimatías no es para entenderse, sino para entretenerse. El primer informe al pueblo fue el de los 100 días, el segundo fue al año de la victoria electoral y éste es el tercero "al pueblo". Es costumbre. Cuando fue Jefe de Gobierno capitalino rendía informes trimestrales y así los iba numerando.

López Obrador carga el mamotreto y para apaciguar el soponcio del respetable advierte que no lo leerá todo. Despierta risas.

Desde su primera frase define: "Es un hecho la separación entre el poder económico del poder político". Quizás por eso el primero en cruzar la puerta Mariana, por donde ingresaron los invitados, fue su compadre Miguel Rincón, el empresario papelero quien llegó a las 9 y media de la mañana cuando todavía ni abrían.

En realidad son pocos los empresarios presentes. Como son pocos los funcionarios. El Patio de Honor de Palacio alberga 600 sillas que no son ocupadas en su totalidad. Nadie podía alegar que llegó tarde por el tráfico...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR