Buscando un equilibrio ético

AutorCharles Babington

The Washington Post

WASHINGTON.- Tradicionalmente los candidatos a vicepresidente son elegidos para brindar a la fórmula presidencial un equilibrio geográfico o político.

La nominación del Senador Joseph I. Lieberman por parte de Al Gore puede marcar la primera vez que un compañero de formula fue elegido principalmente por su historial en asuntos éticos, o más particularmente, la ética del Presidente que pertenece a su mismo partido.

Los analistas demócratas y republicanos acuerdan igualmente que Gore eligió a Lieberman principalmente esperando que el Senador de Connecticut pueda aislarlo de la ira del votante por los deslices éticos durante la administración Clinton-Gore. Sin embargo, difieren en los probables resultados.

Los republicanos aseguran que la designación simplemente pueda reforzar la noción de que Gore es vulnerable en cuestiones de integridad. Los demócratas sostienen que la reputación de honestidad de Lieberman permitirá a Gore enfocarse en temas más favorables. De cualquier manera, la nominación parece confirmar que el asunto de la ética, que le favorece más al republicano George W. Bush, surge amenazadoramente sobre las elecciones.

Fuera de las cuestiones de ética, los demócratas dicen que la decisión tomada por Gore fue atrevida ya que Lieberman es un judío ortodoxo y el primer político judío en obtener un lugar en la formula presidencial de un partido importante. Varios analistas políticos dicen que es poco probable que la afiliación religiosa de Lieberman afecte las elecciones de manera significativa. Sin embargo, unos pocos advirtieron que esta interrogante nunca había sido puesta a prueba y que era poco probable que se viera reflejada en las encuestas ya que los votantes eran renuentes ha revelar a los encuestadores sus prejuicios raciales o religiosos.

Lieberman, de 58 años de edad, es mejor conocido por tomar la palabra en el Senado el 3 de septiembre de 1998 y convertirse en el primer demócrata prominente en condenar públicamente la conducta de Clinton en el caso Mónica Lewinsky. Lieberman tachó la conducta de Clinton como "inmoral" y dañina ya que enseñaba a los niños una conducta inapropiada (aunque subsecuentemente votó para absolver a Clinton en el juicio de acusación del Senado).

El discurso de Lieberman contrastó tajantemente con la enérgica defensa subsecuente de Gore en defensa de Clinton en el día que la Cámara votó para acusarlo. Sin embargo, anteriormente este mismo año, Gore habló públicamente en varias...

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