Qué buen chal

AutorCoco Diva

Poquito, pero bien

Como no soy una "morning person", en realidad no fui muy tempranera para ir al tan comentado Mercado de la Fregonería, ubicado en plena Plaza Fátima, en San Pedro, pero sí quería ir lo más temprano posible porque ya me imaginaba que iba a estar sudando la gota gorda con nuestro hermoso clima y hasta me compadecí anticipadamente de los puesteros (son nice, pero puesteros) que ahí se ponen domingo a domingo desde las 11 de la mañana hasta las 7 de la noche. Pero la sorpresa es que están colocados bajo los árboles de la plaza, así que en ningún momento me sofoqué, pero sí me bastó como para tener sed y comprarme un raspado de sabores naturales que ahí venden.

¿Saben qué? No se vayan a burlar, pero guardando las proporciones de la Ciudad, por un momento me sentí en esos mercaditos domingueros que te topas en ciudades como Nueva York o San Francisco y donde gente muy educada y amable te vende productos que ellos mismos fabrican, ya sean quesos, conservas, frutas orgánicas, artesanías, ropa y accesorios, todo de la mejor calidad.

Pues aquí me imagino que la tirada es la misma. Claro, el tamaño de este mercado es muy pequeño y no hay ni vegetales orgánicos ni quesos hechos en casa, pero sí me topé con gente vendiendo cuadros (no me meto en detalles porque no soy crítica de arte, sorry), platos que tienen paisajes pintados, artesanías, artículos de iluminación, un par de locales en los que venden conservas y aderezos, que por cierto me llevé una mermelada de guayaba sin azúcar deliciosa de la marca Gloriosas Tentaciones, por si luego quieren probar y...

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