Bruno Ferrari/ La felicidad

AutorBruno Ferrari

"El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere, sino en querer siempre lo que se hace."

(Tolstoi)

Fue un viernes, venía de regreso a casa después de una semana agotadora. La terminal aérea, como es habitual en esos días, se encontraba abarrotada de gente. Se acercó en silencio, me miró de frente con sus grandes ojos azules y sin dar tiempo ni siquiera a una breve presentación, me dijo: "Leo de vez en cuando sus editoriales y quisiera que me respondiera: ¿Qué es la felicidad? ¿Cómo puedo conseguirla? ¿Cómo puedo hacer felices a los demás? Y usted, ¿es feliz?" Sentí un silencio sepulcral, como si todos los presentes estuvieran esperando la respuesta, mil ideas se agolparon de pronto en mi cabeza y cuando me dispuse a responder ya no se encontraba, caminaba de prisa entre la gente, quién sabe a qué lugar. A ella dedico este artículo, en el cual sin pretender agotar el tema, intentaré al menos estimular la reflexión.

En primer lugar, creo que debemos procurar definir, si es que fuera posible, el término de felicidad. El diccionario de la Real Academia Española al respecto dice: "Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien. Satisfacción, gusto, contento". Me parece que el primer obstáculo con que nos enfrentamos es precisamente éste. ¿Se puede definir claramente la felicidad? ¿Se podrán determinar algunos parámetros que nos indiquen si somos o no felices? ¿En qué pensamos cuando contestamos a la pregunta "eres feliz?".

Me gustaría decir que esta definición creo que no se ajusta a la acepción más general del término. La felicidad no tenemos por qué asociarla -al menos necesariamente- a aspectos netamente materiales. Quizás, incluso la forma más adecuada y sencilla de definirla sería recurriendo a una aproximación negativa: "La ausencia de males". De esta forma, la falta de conciencia de infelicidad es la mejor forma de entender qué es "ser feliz".

Sin embargo, pudiera parecer que la cobertura de gran parte de las necesidades básicas de los hombres nos conduce a un existencialismo, el cual puede llevarnos a creer que la felicidad se basa en la cantidad de satisfacción que obtenemos del mundo. Si así fuera, entonces la felicidad dependería de las situaciones que nos rodean. Pero todos conocemos ejemplos que nos indican que la situación no determina necesariamente la felicidad o la desgracia. Hay personas muy infelices rodeadas de gente que les quiere, de dinero, de salud, de trabajo... y personas felices en...

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