DESDE EL BLOG / Otro Informe desperdiciado

AutorMauricio González Ochoa

En pantalla hay un señor de edad mediana. Se identifica como un orgulloso productor de aguacate michoacano. Cuenta que recibe del Estado activos productivos e incentivos para exportar. Desvía sus ojos a la derecha, como si leyera lo que va diciendo. Se oye de fondo una música cursi, un piano conciliador.

La toma se abre y aparece Enrique Peña Nieto. El Presidente se inclina y posa su mano sobre el antebrazo del productor de aguacate. Le llama por su nombre al tiempo que voltea hacia la cámara y pregona: "Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho". Luego, la sonrisa ensayada y una mirada enfática.

El anuncio es uno de 17 spots que circulan en medios y redes con motivo del Cuarto Informe de Gobierno, que Peña presenta hoy.

Las historias varían, pero la tónica es la misma: da la sensación de estar viendo a actores, más allá de que los testimonios sean reales. La escena final es idéntica en todos y, de tanto repetirla, la frase se convierte en eslogan.

El Presidente declaró que para este año cambiará el formato del Informe. Dijo que tendrá un "encuentro interactivo" con jóvenes, quienes harán preguntas y propuestas luego de que presente sus resultados.

Tanto los spots como el cambio de formato constituyen un acto de congruencia de este Gobierno, siempre preocupado más por las formas que por el fondo.

En el sitio www.gob.mx/informe, se enumeran los cinco temas en los que se divide el Informe: educación de calidad, México próspero, incluyente, en paz y responsabilidad global.

Si la reforma educativa es un desastre, la economía está frenada, la deuda va en aumento, el nuevo Sistema Nacional Anticorrupción es una farsa, el sector salud se desmorona y la violencia es una constante, ¿qué relevancia puede tener un nuevo formato si se pretende presumir lo que no existe?

El eslogan "lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho" es un reclamo sutil, la versión renovada del "ya chole con tus quejas" de otro malogrado spot.

Ésa es la retórica del sexenio: dar por sentado lo negativo y atribuirlo al llamado mal humor social, como si lo bueno fuera exclusivo del Gobierno y lo malo no tuviera nada que ver con ellos.

Además de ser una demostración de poca tolerancia a la crítica, el alegato devela la importancia que da el Gobierno a su imagen: de nuevo las formas sobre el fondo. En realidad no es que lo bueno no cuente, sino que lo malo es de tal magnitud que empaña casi todo.

El Informe debe ser una declaración sobre el estado general de la...

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