¡Bicicletas para todos!

AutorImelda Robles y Luis López y con información de Teresa Martínez e Yngrid Fuentes.

Llegó el turno de Ángel, de 7 años. La emoción más grande para el niño de ojos rasgados, vecino de Salinas Victoria, fue que además de una bici para él, había un triciclo para su hermano Lalito, de 3.

En una imagen conmovedora, Ángel olvidó su bici para subir a Lalito a su triciclo, lo sostuvo, avanzó lentamente y le pidió que no tuviera miedo, que él lo iba cuidar.

Los hermanitos, quienes se dicen los mejores amigos, no se despegaron. Mientras ellos jugaban, la entrega de regalos de la Campaña 2013 Navidad sobre Ruedas, de

EL NORTE y Cáritas de Monterrey, continuó provocando más sonrisas en el Horno 3 Museo del Acero.

El espacio del Parque Fundidora fue sede de la posada donde los niños de 17 familias de escasos recursos y provenientes de municipios rurales o de las orillas del área metropolitana recibieron bicis, que usarán para trasladarse a sus escuelas, triciclos para los más chiquitos, juguetes y ropa abrigadora.

Este sueño navideño logró cumplirse gracias a la generosidad de lectores de EL NORTE, quienes desde el pasado 4 de diciembre, al arrancar la campaña, realizaron sus donaciones en las oficinas de Cáritas, en la Col. Deportivo Obispado.

Para las 17 familias beneficiadas, ésta fue su primera visita al Horno 3.

LIBERAN A SANTA

"¡Ya liberaron a Santa Clos!", exclamó aún sin poder creerlo del todo, Francisco Muñiz, jardinero y vecino de El Carmen, quien la Navidad pasada por falta de dinero les dijo a sus tres hijos que Santa fue secuestrado.

Tímidos, pero mucho más alegres, sus hijos, los cuates Francisco y Heydi, de 10 años, y Leslie, de 7, recibieron bicis nuevas y una bolsa llena de juguetes para cada uno, dos cobertores y una despensa.

Como ellos, otros 50 niños y adolescentes recibieron por primera vez regalos navideños.

El ambiente de magia fue perfecto para los niños: uno a uno pasaron con el hombre barbudo, robusto y de ojos claros, ¡Santa Clos!, a quien los más chiquitos lo veían con gran asombro.

Una de las sonrisas más contagiosas durante la entrega de regalos fue la de Berly, de 13 años, quien vive en Cadereyta y tiene retraso psicomotor. Al ver su nombre en una bici comenzó a imitar el pedaleo y el control del manubrio.

Su mamá, Natalí Mendoza...

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