BENCHMARK / Verse en el espejo de Trump

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

"Si ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar".

Siempre es mejor aprender en cabeza ajena... y mejor aún en una cabeza naranja. Los rasgos de la Presidencia de Donaldo J. Trump son terribles: intolerancia, cerrazón, desinformación, mentiras, sesgo, bullying, racismo, ignorancia, terquedad, volubilidad y odio.

Me detengo en el último adjetivo: odio. Ya lo hemos dicho en este espacio: vivimos en una era de polarización extrema provocada en buena parte por dos factores.

Primero, la hiperconexión. Smartphones y planes baratos de acceso a datos permiten estar en línea 24-7. Bueno, hasta en China compras un chip con 3 gigas por 30 dólares para estar conectado como en México.

Y segundo, las redes sociales. Un ecosistema sostenido por clicks que nos acerca personas e información que concuerdan con nuestros puntos de vista, reforzando prejuicios y provocando que las posturas se hagan más rígidas.

En este ambiente los líderes pesan mucho. Y Trump se ha encargado de fomentar el odio y la división en la sociedad norteamericana. Utiliza su enorme plataforma de 55 millones de seguidores en Twitter para atacar a sus "enemigos". Y su odio no tiene medida.

Para muestra el caso de las 14 bombas enviadas a personas y organizaciones que osaron criticarlo. La reacción inmediata de Donaldo fue denunciar el hecho: "No es aceptable y debemos de estar unidos como nación". O algo así.

¡Ja! Jarabe de pico. Apenas unas horas después arremetió de nuevo contra los medios con su sonsonete de que "son el real enemigo del pueblo". De locos, él fomenta la violencia, sus fans actúan, dizque pide perdón... e inmediatamente vuelve a echarle gasolina al fuego.

¿Sabe qué? Hay ciertos paralelismos con ya saben quién. Para Trump son los enemigos del pueblo. Y con López Obrador es "la prensa fifí", "los camajates" o "la mafia del poder".

Por eso vale la pena vernos en el espejo de Donaldo. Para entender cómo fue que Estados Unidos terminó donde está hoy. Aunque Trump no fue el originador de estas dinámicas divisivas, claramente las potencia. Para mí, ésta es la receta naranja:

  1. Identificar una base relevante de votantes.

  2. Elegir argumentos simplistas que resuenen con esa base.

  3. Evitar cualquier debate o discusión argumentada.

  4. Manejar información convenencieramente o, peor, mentir.

  5. Descalificar e insultar a críticos, haciéndolos enemigos de la base.

  6. Gobernar como si se estuviera en una campaña electoral permanente.

Un coctel dañino que envenena a...

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