BENCHMARK / Quitarle un pelo al gato

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

¿Cómo poner presión para que mejoren los malos políticos?

No sirve modificar leyes, buscar rindan cuentas o exhibirlos con desplegados.

No, por ahí no es. Hay que pegarles dónde más les duele: su imagen. La política es ya un juego mercadológico; el empaque importa más que el producto.

Propongo que por cada falla, ineficiencia o corruptela, el culpable sólo tenga que quitarse... un pelito.

Como la cabeza típica tiene 100 mil cabellos, el castigo es como quitarle un pelo a un gato. Pero como tenemos políticos "de carrera", quizá se acabe los "copetes lucidores" y las "barbies arregladitas".

Todos los malos serán... una bola de pelones. ¿Cuántos pelos cree les quedarían a Rodrigo Medina, Margarita Arellanes, Aristóteles Sandoval, Emilio Gamboa o Miguel Mancera?

Ante la amenaza de perder como Sansón la fuerza de su imagen, quizá se pongan las pilas.

No es justo que la ciudadanía tolere tantas fallas a su costa:

· Inequidad: el ciudadano pone, el gobierno gasta y no ahorra (leer "¡Ponte a dieta, papá!).

· Funcionarios lanzan proyectos que fallan sin consecuencias (ver "Basura entra, basura sale").

· Excesos en el gasto público: vidas de lujo y privilegio (leer "Vivir del presupuesto").

· Mala calidad en obras y trabajo gubernamental.

Detengámonos en este último punto: los pésimos bienes y servicios públicos. Si una foto dice más que mil palabras, la publicada recientemente por El Norte en Monterrey equivale a un libro.

Una cimbra enorme de 30 metros de la mega obra "Ecovía" se les desplomó. Impactante (véala en nuestros sitios). Este proyecto de transporte público en camión no sólo tiene un retraso de un año y un sobrecosto de 34 por ciento, sino que aparte ¡está mal hecho!

La calidad es un pilar fundamental en los negocios. Aún en segmentos populares, un producto o servicio requiere ciertos estándares de calidad, o fracasa.

Tomemos el caso de Toyota. A finales de la segunda guerra mundial, estaba prácticamente destruida.

Pero a inicios de los cincuenta, el recientemente fallecido Eiji Toyoda visitó las plantas de Ford en Michigan.

Toyoda quedó impresionado por las operaciones, pero también notó problemas con el desperdicio y la calidad.

Regresó a Japón y creó el "Sistema de Producción Toyota", con catorce principios para producir con calidad:

  1. Decisiones de largo plazo, aún a costa de resultados inmediatos.

  2. Flujo continuo de proceso donde problemas afloren rápido.

  3. Sistemas justo a tiempo para evitar sobre producción.

  4. Distribuir trabajo...

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