BENCHMARK / Píntame como Superman (woman)

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

"Píntame de colores, para que me digan Superman".

Curiosa expresión que me compartió un amigo, referente a lo que él -sabiamente- ve como el mayor defecto del hombre: la soberbia.

La expresión la aprendió de su padre, Don Víctor, un chihuahuense que trabajó casi 3 décadas en minas de ese bello estado.

"Superman lleva al frente de su pecho una S y lo pintan con colores llamativos para hacerse notar. ¡Hasta los que no saben leer lo reconocen! Nosotros los mineros usamos esta expresión para recordar que la soberbia es el mal de todos los males".

"Aquel que se burla de otros, que no valora y escucha, que sólo quiere llamar la atención con sus colores, con su soberbia, va a hacer mucho daño. En una mina, como en la vida, la soberbia mata".

¡Totalmente!

Hablemos hoy, pues, de la arrogancia (para mí equivalente a la soberbia). Y, sobre todo, la arrogancia de un líder.

Porque la soberbia de un líder, por definición, hace más daño. Arriesga al departamento, a la empresa... o a un país entero.

Hombre, aquí en México nos gobierna un Superman arrogante que no admite corrección. Que no le mueve una coma a sus ideas.

¿La vacuna?

Una virtud fácil de decir y muuuy difícil de practicar: la humildad.

Y es que en el mundo de hoy en día se privilegia la imagen del líder arrojado, carismático y triunfador. El, o la, que llega a un cuarto para tomar las riendas y dominar. Seguridad a prueba de balas.

Jefazos que luego, y sobre si triunfan, se vuelven arrogantes.

Craso error, porque la realidad tiene otros datos.

"Equipos encabezados por líderes humildes tuvieron un mejor desempeño y calidad en su trabajo que los de jefes soberbios", demuestran estudios citados por un reportaje del Wall Street Journal.

Y existen otros beneficios. Por ejemplo, el rotativo señala que los equipos directivos de empresas con CEOs humildes trabajan mejor, brindándose ayuda para tomar decisiones más acertadas.

Esto no significa que haya circunstancias o proyectos donde el jefe tenga que mostrar claridad de mando. El WSJ por ejemplo cita a emergencias o a situaciones con alta presión de tiempo.

Pero el arrogante empedernido pierde piso:

- Habla y habla, y nunca escucha.

- Aísla al que lo contradice y premia al que le echa porras.

- No recapacita al equivocarse, a pesar de señales claras.

- Redobla apuestas perdedoras.

¿Cómo practicar la humildad?

El autor Bill Taylor explica en el Harvard Business Review que se puede ser humilde frente a ancianos o personas exitosas. Pero hay una tercera...

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