BENCHMARK / Nuestro granito de arena...

AutorJorge A. Meléndez Ruiz

"En McAllen pagan 12 dólares la hora, por 40 horas da 9,120 pesos semanales. Aquí en Reynosa pagan 1,100 pesos por semana y trabajando mucho más que 40 horas".

Así decía un líder sindical en un video, para luego amenazar que "esta esclavitud moderna acabaría". Me impresionaron los números y le llamé a mi amigo Manuel, que tiene una planta en Reynosa.

¿Sabe qué? Es cierto: por ahí anda la diferencia. Del otro lado de la frontera (literalmente en la ciudad de enfrente) pagan entre 6 y 9 veces más que en México, dependiendo del puesto y de la empresa.

Me queda claro que "forzar a huevito" a igualar (o acercar) los salarios de ambos lados del Río Bravo es una estupidez. La teoría económica dicta que el alza salarial debe estar ligada a alzas en productividad.

Un camino paulatino de mejoras que, de hecho, se da en cientos de empresas mexicanas. Pero también hay abusos, como quizá suceda en algunas maquiladoras en el País.

Me pregunto si una planta que se trasladó, digamos, de San Luis, Missouri. a Cd. Juárez tiene que pagar la novena parte de lo que erogaba allá para poder ser productiva. Quizá no.

México vive una desigualdad tremenda que se ha gestado por décadas. Lo hemos dicho aquí muchas veces: no hay curas mágicas y las dádivas no resuelven el problema. Al contrario, lo agravan.

Pero si no contribuimos como sociedad para arreglar situaciones injustas, es probable que alguien más las termine mal arreglando. Quizá sea un líder sindical charro, o a lo mejor alguna política pública de la tan intervencionista 4ª transformación.

Porque el rol del Gobierno es clave para sentar condiciones para que los actores productivos ayuden a bajar la desigualdad.

Se lo ilustro con una anécdota.

Hace poco un directivo de una empresa del sector metal mecánico me platicó sobre su reparto de las utilidades del 2018. ¿Sabe de cuánto será? ¡Un año y medio de sueldo!

Ese tipo de organizaciones sí que contribuyen a reducir la desigualdad con buenos sueldos y mejores resultados. Excelente, ¿no? Pues parece que la cuarta transformación no piensa así.

Primero, en un mundo donde tristemente el proteccionismo entra a escena, sobre todo en sectores como el acerero, la Secretaría de Economía eliminó inicialmente las salvaguardas para importaciones en esa industria.

"Ya no se quejen tanto. Acostúmbrense a la nueva realidad", les dijeron a los industriales.

La buena noticia es que recapacitaron y ahora dicen que las van a reinstaurar. Ojalá así sea, buena señal.

Segundo, el...

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