Barren con todo; luego derrumban

AutorCésar Cepeda

Eran casi las 3 de la tarde cuando el operativo federal encabezado por el SAT y la PGR para confiscar mercancía ilegal llegaba ayer a su término en la calle Colegio Civil, uno de los puntos de mayor venta de contrabando en la Ciudad.

Los agentes decomisaron en el operativo todo tipo de productos que se vendían en las seis cuadras de esta calle céntrica: películas, discos, ropa, zapatos, aparatos electrónicos y perfumes, mercancía considerada ilegal por su procedencia extranjera.

"Es todo", le contestó un agente del Sistema de Administración Tributaria a su compañero, que dudaba en confiscar un cargamento de ropa.

"Hasta los ganchos".

Este histórico operativo -el último contra los puesteros de la calle Colegio Civil- concluía después de 4 horas de despliegue federal.

"Nuestro trabajo ya está hecho", le avisó uno de los jefes del dispositivo a uno de los funcionarios del Municipio de Monterrey.

"Ahora les toca a ustedes".

El funcionario de Servicios Públicos titubeó con el nuevo encargo y pidió al mando federal que le asegurara que no hubiera vendedores en la zona.

"Nomás hagan un último barrido, que no haya gente, y ya nosotros empezamos a demoler".

"Un último barrido y cero entradas", respondió el mando.

Los primeros puestos de Colegio Civil que comenzaron a ser demolidos por el Municipio de Monterrey fueron los ubicados en el cruce con Ruperto Martínez: una máquina conocida como mano de chango empezó a tumbar los locales que desde 1984 ocupaban la vía pública gracias al entonces Alcalde priista, Óscar Herrera.

Eran las 3 y media de la tarde y comenzaba a ejecutarse una de las acciones más importantes en los últimos años de recuperación de espacio público en la Ciudad.

La suerte de los comerciantes de Colegio Civil estaba echada desde el 26 de abril pasado, cuando las mismas autoridades federales realizaron un decomiso similar en la calle Reforma y el Municipio regio comenzó después con el desmantelamiento de los puesteros.

Desde entonces las negociaciones entre comerciantes de Colegio Civil y el Alcalde Fernando Larrazabal para una posible reubicación emergente nunca se concretaron.

"Nomás no vengan a lloriquearme ese día", contó uno de los comerciantes que les dijo el Alcalde en una reunión.

Por eso, el operativo de ayer no fue tan sorpresivo para estos comerciantes, que ya lo esperaban, y aunque mostraron inconformidad por el desalojo de sus centros de trabajo también mostraron...

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