Su arquitectura es historia

AutorVioleta Montes de Oca

El Palacio de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocido como Museo Regional del Obispado o El Obispado, sirvió desde casa de descanso, hasta cuartel, polvorín y cabaret.

Su construcción inició a finales de 1787 y consiste en una arquitectura norestense con influencia franciscana, revelan fuentes del Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH.

Este año el edificio de muros de sillar, que inicialmente se proyectó como lugar de retiro del Obispo Rafael José Verger, cumplirá 223 años.

Durante la Guerra de Independencia fungió como lugar para guardar la pólvora, por lo que en 1814 una parte del inmueble quedó en ruinas debido a un estallido.

También fue cuartel y fortín de defensa en la invasión estadounidense, francesa y en la Revolución.

"Para 1910 el edificio casi en ruinas ya era un símbolo de Monterrey", menciona Héctor Jaime Treviño Villarreal, delegado estatal del INAH.

Aunque otro de los usos que tuvo fue el de cabaret en 1928, revela, de ahí que existan algunas...

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