El Arca de Mauricio

AutorDaniel de la Fuente

Si algo le faltaba a la vida coleccionista de Mauricio Fernández Garza era esto: un sitio para animales exóticos.

La Anacahuita es el nombre del rancho que el por tercera ocasión Alcalde de San Pedro posee en Lampazos de Naranjo desde hace tres años y en el que reúne, en un área de 5 mil hectáreas, decenas de especies exóticas y en riesgo de extinción, algunas valuadas en millones de pesos.

Su idea, afirma, es reproducir y preservar, esencia del político y empresario que colecciona todo: arte, libros, monedas, estampillas, armas, documentos, fósiles. Pero, hasta hace unos años, nada indicaba que su afán por acervos se inclinara también hacia los animales.

Ejemplares de bisonte, gamo europeo, cebra de Grevy, gacela común y de Thompson, jirafa, ñu azul, antílope Ádax, impala y gaur rondan en cinco "reservas", como les llama Fernández a las áreas en las que tiene dividido, con mallas metálicas, el rancho ubicado al norte de Nuevo León.

"Esto lo andaba buscando desde niño", revela.

"Si de algo he leído es de animales y aquí pude hacer esto realidad".

ECOSISTEMA ESPECIAL

Fernández está sentado en la terraza de su residencia -sobre una loma, al centro del rancho-, obra que él mismo diseñó y decoró ("es mi debut y despedida como arquitecto"). A lo lejos se ve una manada de bisontes.

"Desde la casa tienes una vista de 360 grados del terreno", dice y contempla su propiedad custodiada por la Meseta de Cartujanos y la Sierra de Pájaros Azules.

El Alcalde sampetrino se resiste a hablar de lo que ha invertido en La Anacahuita, cuya residencia está construida con piedras de construcciones del siglo 18 de San Miguel de Allende, lajas de Vallecillo, maderos arrancados por el huracán "Alex", y piedras y escoria de desecho.

"No vale la pena hablar de montos", dice. "Una jirafa vale 100 mil dólares (tiene dos). Hay animales que valen un dineral".

La propiedad, que colinda con la del ex Gobernador Natividad González Parás, era de los cuñados de Fernández y, según estudios, en el terreno coinciden ecosistemas similares a los de Chihuahua, Tamaulipas y Texas.

"Es un ecosistema chistoso", comenta.

"Si te vas a 50 kilómetros ya no vas a ver ébanos ni plantas que aquí se dan".

Fernández ordenó cavar pozos profundos para sacar agua "purísima", que abastece a través de 50 kilómetros de tuberías subterráneas a una serie de bebederos situados cada 500 metros en las reservas.

A su vez tiene listas para lluvias 11 pequeñas presas que mandó hacer, así como un depósito de...

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