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Desde la Sinagoga/ Un árbol es una bendición

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Vincent
AutorRabino Moisés Kaiman

Aunque ya pasó la fecha en que nuestro pueblo festeja a los árboles, en la fiesta de Tu Bishvat, quiero hablar de este tema porque lo considero muy importante.

Con motivo de esta fiesta, los alumnos de nuestros colegios acostumbran sembrar árboles. Este año, gracias al apoyo de la Subsecretaría de Ecología de Nuevo León, dirigida por el Ing. Julio de la Garza (quien fue alumno de nuestra escuela), pudimos cumplir con este precepto en un espacio que se nos asignó especialmente en el Parque Ecológico "La Estanzuela".

Los alumnos, acompañados de sus maestros y dirigentes de la Comunidad Israelita, sembraron 13 árboles. El número 13 es para nosotros muy importante porque cuando un muchacho cumple 13 años se llama "Barmitzvá" (hijo de Preceptos). Y a partir de ese día, esta zona para orgullo nuestro se llama Plaza Israelita.

Dice en El Talmud Rosh Hashaná, página 2: "Así como los seres humanos tenemos la fiesta del Año Nuevo, de la misma manera lo tienen los árboles". En Israel es costumbre que ese día todos los niños de las escuelas planten árboles en los campos aledaños.

Nuestro colegio adoptó esta costumbre y a través de los años han plantado árboles en algunas colonias. Para nosotros es muy importante sembrar árboles, como dice en Levíticos 19-23: "Y cuando entrares en la tierra y hubieres plantado todo género de árboles". Así mismo en Números, capítulo 13 nos relata: "Cuando Moisés envió a los investigadores a reconocer la tierra prometida dijo: ¿Y cómo es el suelo, es fértil o es estéril, en él hay árboles o no?".

Aquí vemos la importancia que tienen para nuestro pueblo los árboles desde los tiempos bíblicos. La pregunta que hoy nos hacemos es ¿por qué es costumbre llevar a los niños más pequeños al campo, especialmente donde no hay árboles?

La respuesta es que cuando vemos un campo vacío, Dios nos está indicando que nuestra obligación es llenarlo, así como Dios entregó La Torá (La Biblia) en el desierto y nos dijo: "De este desierto debe salir un pueblo respetuoso de Dios y sus leyes, próspero, fuerte y bueno".

De la misma forma queremos enseñarles a nuestros niños -quienes son el futuro del mundo-, que con trabajo, dedicación, estudio y amor se puede convertir un lugar vacío en un bosque que nos dará alimento, sombra y aire puro.

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