Aproveche las lluvias

AutorFernando Mohamed Hamscho

Aunque benéfica y siempre esperada, la lluvia también hace prosperar a los organismos diversos que atacan a las plantas y representan un problema fitosanitario en función de sus hábitos alimenticios y de reproducción, causando daños y pérdidas de plantas.

Las lluvias del pasado septiembre en nuestra región fueron muy buenas y su probabilidad de continuar es alta en virtud de la temporada de tormentas tropicales y ciclones, lo que dará beneficio a las áreas verdes.

El agua que nos deja la lluvia tiene más beneficio para las áreas verdes que problemas en las mismas, y es conveniente aprovecharla al máximo en esta temporada haciendo algunas labores en los jardines.

En los pastos, tan pronto como la humedad sea adecuada y de acuerdo con la altura que tengan, realicen un corte nunca mayor a un tercio del tamaño actual, aflojen la tierra del área con un bieldo, retiren o barran y recojan la basura entre el pasto y apliquen un kilo de urea por cada 100 mt2 de zacate.

En los casos de arbustos y árboles, de igual forma hay que aflojar la tierra y, de ser posible, formarle un pequeño cajete que auxilie a retener mayor cantidad de agua de lluvia.

Es importante también la limpieza general y frecuente para evitar que el arrastre de basura provoque problemas en drenajes pluviales y calles.

Para la zona de flor de temporada, además del cultivo arriba mencionado, es recomendable hacer pequeñas contenciones o derivaciones del arroyo del agua para evitar daños mecánicos por la fuerza que pueda tener el agua.

Esta labor también es vital realizarla, si en el área se cuenta con taludes o superficies inclinadas que puedan favorecer el aumento de la velocidad del agua; las contenciones deben ser ligeras y orientadas a evitar problemas de erosión.

Si el tamaño de sus macetas es manejable, como para moverlas de su lugar, le sugiero aflojar su tierra, ponerle algo de fertilizante y colocarlas bajo la lluvia, de preferencia bajo algún árbol o instalación que permita el paso del agua, evitando así la caída directa de la lluvia que puede dañar las plantas por la fuerza de la caída.

En ocasiones las caídas de agua de los techos no están canalizadas, es decir, son de caída libre y generalmente hacia áreas del jardín.

La fuerza con que cae provoca daños mecánicos al pasto y las plantas, además de la erosión de la zona.

Para prevenir esto...

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