Andrés Oppenheimer / Los magnates del Sur

AutorAndrés Oppenheimer

¿Por qué no hay magnates latinoamericanos como Bill Gates, que donó 24 mil millones de dólares a su fundación? ¿Serán más tacaños que sus pares de Estados Unidos, o es que carecen de incentivos impositivos como los de varios países industrializados, que estimulan a los ricos para donar más dinero?

En Estados Unidos, el monto total de las donaciones de caridad se duplicó en la última década, para llegar a 240 mil millones de dólares en el 2002, según la American Association of Fundraising Counsel. Hay unas 900 mil fundaciones en Estados Unidos, el doble de las que había hace 10 años, dice la organización.

Gerardo Reyes, el periodista de El Nuevo Herald que editó "Los dueños de América Latina" (Ediciones B), me dice que no hay una tradición de caridad privada semejante en América Latina.

"La fortuna total de los 21 hombres más ricos de América Latina que aparecen en la lista de Forbes de la gente más rica del mundo suma 45 mil millones de dólares", dice Reyes. "Me extrañaría mucho que la generosidad de los ricos latinoamericanos llegue a Dls. 500 millones".

Es cierto que algunos magnates latinoamericanos, como el zar de las comunicaciones mexicano Carlos Slim, el venezolano Gustavo Cisneros y el brasileño Emírio de Moraes pagan miles de becas para estudiantes, financian programas de educación por internet, operaciones para los pobres y museos de arte.

Pero un estudio comparativo del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Johns Hopkins confirma que las donaciones del sector privado en América Latina son relativamente bajas.

En México, las donaciones privadas -en efectivo y en especie, excluyendo trabajo voluntario- son de apenas el 0.04 por ciento del producto bruto; en Perú el 0.03, en Colombia también el 0.3 y en Argentina el 0.4 por ciento, según el Proyecto Comparativo del instituto. En Estados Unidos, las donaciones privadas representan el 1 por ciento del producto bruto, dice el estudio.

Cuestionado al respecto, el director del estudio, Lester M. Salamon, me dijo que en los países con Estados fuertes -donde el Gobierno tiene un virtual monopolio sobre la protección social- los niveles de donaciones privadas son menores. Esto también vale para Europa, donde países como Francia apenas registran donaciones privadas del 0.3 por ciento del producto bruto, afirmó.

Pero la falta de un sistema legal e impositivo que aliente las donaciones privadas también es un problema en la región, dice Salamon.

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