Andrés Clariond Rangel / Técnicos vs. rudos

AutorAndrés Clariond Rangel

El domingo salió publicada en EL NORTE una nota acerca de un taller titulado "Escuela de políticos" que aparentemente tuvo una buena convocatoria y fue impartido por priistas.

¿Qué se podría especular sobre los alumnos participantes? ¿Se trata acaso de kamikazes, de buscadores de tesoros o aún es posible creer en aquel lema de nacidos para servir al País?

Si la mitad de los curas entran al sacerdocio por las razones equivocadas, lo mismo pasa con la política: una profesión que alguna vez estuvo dotada de un aire místico y encantador hoy se revuelca en el fango de lo delictivo junto con el narcotráfico y demás ocupaciones ilícitas. De ahí que dar clases para volverse político debe de ser muy confuso.

¿Se les entrena a los futuros servidores públicos para el mundo ideal o para la real politik? ¿Los tópicos son normas jurídicas, programas sociales y oratoria, o negocios sucios, facturas falsas y tratos con el narco? ¿Cómo se balancean las lecciones si se busca formar un tipo u otro de gobernante? "Ya no hay dónde aprender a ser políticos, ahora todo es Obrador", declaró uno de los estudiantes.

Para analizar diferentes especies de servidores públicos no es necesario hurgar en el tutifruti de colores y sabores ideológicos de la 4T, en nuestro querido Nuevo León contamos con un menú diverso que más vale ir estudiando.

En poco tiempo llegará a su fin el experimento fallido "Bronco" y los regiomontanos debemos de analizar si queremos un futuro Gobernador rudo o técnico.

El municipio modelo, San Pedro Garza García, puede ser un buen experimento previo. La Alcaldía acaba de pasar de manos del bully del colegio al aplicado.

Miguel Treviño es conciliador, pacífico, honesto y se preparó desde años atrás para el servicio público. Sin embargo, su idealismo le ha jugado en contra.

Al tomar el cargo vio las montañas, los verdes camellones, los carros europeos en las calles y se creyó asumiendo el poder en un pueblo suizo.

Entonces pensó en un lugar idílico donde los sampetrinos caminaran por enormes banquetas bajo el agradable sol de la región, se imaginó una ciudad con cableado subterráneo, proyectó una sociedad civilizada y vio a los policías como amigos que lo acompañarían a rondines de jogging al mismo tiempo de instar a la población a cambiar los moches pa' las sodas por invitarle a los uniformados un café sin transacción indebida de por medio.

Desgraciadamente el sueño primermundista de Miguel se acabó muy pronto.

A base de atracos y balazos, los...

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