Andrés Clariond Rangel / Medinalá y sus 30 ladrones

AutorAndrés Clariond Rangel

¿Cuándo es mejor recibir una mala noticia? ¿Cuando se está deprimido y un golpe más en el maltratado humor no hace diferencia o cuando los ánimos están fuertes para sortear una calamidad?

Esto se preguntaba Rodrigo Medinalá al enterarse del embargo de su rancho y la investigación en contra suya y de 30 allegados.

Acababa de pasar muy buenos momentos en las dos celebraciones del onomástico de sus triates: una fiesta mayor en el todavía DF, la nueva ciudad de sus retoños, aquella que no los cuestiona ni los desprecia y en donde hay tantos Medinas como hijos de funcionarios corruptos; la segunda, un pequeño get together con selectas amistades en Monterrey y con la presencia del pater transilias vía Skype.

La tragedia de alguien es a veces el júbilo de otros. La noticia que ensombreció la agradable estancia de Medinalá en la capital desató el regocijo de los nuevoleoneses, expresado a través de memes de fotografías alteradas del ex Gobernador tras las rejas y llamados a celebrar en la Macroplaza.

Algarabía regional que no aplacó la campaña de los priistas locales en la que calificaban el anuncio de Ernesto Canales como un show para no atender los problemas de inseguridad del Estado. Como si el meollo de la inseguridad no radicara en el desvío de recursos que podrían ser aprovechados en hacerle un bien a la sociedad.

La unión de priistas del Estado de la talla de Sir Marco González, Francisco Cienfuegos y César Cavazos, entre otros vecinos de la cueva de Medinalá, no tardó en recibir un nuevo revés: las elecciones del 5 de junio.

La aplanadora de su partidazo se convirtió en tractorcito Fisher-Price y lo único que aplanó fueron las aspiraciones de su dirigente, Manlio "Unlucky" Fabiano, quien se quedó con las ganas de los nueve triunfos que él mismo pronosticó, por sólo cinco gubernaturas conseguidas.

Sorpresiva y a la vez esperada fue la respuesta del PRI ante esta última derrota. Sorpresiva porque después de unas campañas tan sucias, con dinero ilegal por todos lados e intervenciones de los Gobiernos estatales, uno esperaría respuestas coléricas de los perdedores, cosa que no sucedió. Pero esperada por la cantaleta civilizada y trillada de "escuchamos el mensaje del pueblo y actuaremos en consecuencia" en las declaraciones de Beltrones y su amigo cómplice y rival Peña Nieto.

Si un mensaje dieron los mexicanos en las recientes elecciones fue el de un "hasta aquí" a la corrupción. ¿Qué van a hacer Beltrones y Peña al respecto? ¿Correr a Virgilio...

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