Andrés Clariond Rangel / Mau-soleo

AutorAndrés Clariond Rangel

San Pedro Garza García no deja de sorprender como un pueblo cosmopolita. Las virtudes y pecados de las grandes capitales del mundo se viven con igual intensidad en el municipio más rico de México.

Que en el resto del País discutan sobre el huachicol, aquí el tema a debate es el arte: ¿To Frida or not to Frida? ¿T-Rex sampetrino or not? ¿Así o más avanzados?

A los sampetrinos nos trae en vilo el pleito del nuevo Alcalde con el monarca Mauricio Fernández, quien no puede entender por qué sus súbditos no sonríen y se arrodillan ante lo desprendido, generoso, espléndido, altruista, caritativo y obsequioso de su ser.

Deberíamos de estar haciendo caravanas hasta su casa para agradecerle y, en cambio, le ponemos peros. Somos unos mal nacidos, envidiosos, poco agradecidos.

El nivel del drama no es de cualquier telenovela rascuache, esto más bien parece película de Woody Allen: la novia de Mauricio es directora general del patronato que pertenece a una persona moral con el nombre de Mauricio y su esposa, cuyo objetivo es la creación de cuatro museos, entre ellos un espacio que sería la reproducción de la casa del ex Alcalde con igual nombre que una de sus hijas. ¡Trabucles!

Siguiendo con este culebrón, la semana pasada apareció publicada en EL NORTE una carta precisamente de Milarca Fernández en la que clama justicia para el Mau-soleo. Muy loable es ver a una hija defender a su padre, aunque en esta ocasión quizá el tiro le salga por la culata.

Mauricio había mantenido la discusión en un plano subjetivo y lleno de insultos. Acusó al Alcalde Miguel Treviño de irreverente, inculto, irrespetuoso, rajón y poco hombre. Milarca, en cambio, utilizó en su carta argumentos, si se quiere algunos naive como eso de jugar a las escondidas entre fósiles milenarios, otros sentimentales/manipuladores, pero argumentos al fin.

Esto le permitió a Treviño sacar la pelota del campo de los adjetivos y llevársela a la cancha del raciocinio, en donde lleva las de ganar. Y es que a pesar de lo indispensable de la cultura, primero están la legalidad y la transparencia.

La principal defensa a favor de la administración actual es el conflicto de intereses. Mauricio no se esperó a proponerle sus museos al municipio una vez finiquitado su mandato. Él se ungió en comodante y comodatario apadrinado por un Cabildo vendido. Una transacción que se prestaría a sospechas, aunque a San Pedro no le hubiera costado un cinco, cuantimás si el capricho de Mauricio costaría al erario 370...

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