Andrés Clariond Rangel / 'El Bronco Solitario'

AutorAndrés Clariond Rangel

Jaime Rodríguez no va a ganar la elección, tiene un compromiso pendiente en Nuevo León y su intención de voto apenas y se registra en las encuestas. ¿Por qué entonces el candidato independiente sigue empecinado en continuar en la contienda?

En un principio se decía que era un enviado de Peña Nieto para quitarle votos a AMLO, pero a estas alturas es obvio que si alguna vez existió tal maniobra, ésta ya no tiene razón de ser.

En el primer debate, "El Bronco" dio la nota por ocurrencias como colgar un letrero con su número de celular, mismo que ya tuvo que cambiar porque como era de esperarse se le saturó de mensajes y llamadas, o decir que le iba a mochar la mano a los políticos corruptos.

Al segundo debate fue prácticamente de oyente, aunque no de los que no interrumpen al maestro y están calladitos en una esquina. Jaime fue un estorbo en el desarrollo del encuentro y lo interrumpió con cursilerías como pedirle a sus contrincantes que se abrazaran.

Eso sí, "El Bronco" se notaba divertidísimo, nadie lo atacaba por insignificante mientras se lucía en televisión abierta y ganaba amigos en Facebook.

Usando la forma de hablar de Jaime, él se la podrá estar pasando a toda madre, pero los regiomontanos estamos sufriendo. No precisamente porque lo extrañemos en el Gobierno estatal, sino por la imagen que está dando de esta región. Años luchando contra el dicho de José Vasconcelos de que donde empieza la carne asada se acaba la cultura para que ahora nos represente un personaje inculto, vulgar y sumamente básico.

El colmo fue la semana pasada que "El Bronco" mandó al Congreso su iniciativa mochamanos, ocurrencia que empezó como una loca estrategia de irrumpir en la escena nacional a la Donald Trump y está terminando en un desfiguro.

Igual que el Presidente de Estados Unidos usó la declaración inicial de su campaña de que los mexicanos éramos violadores y bandidos, "El Bronco" escogió una idea sensacionalista e inverosímil para hacerse notar.

Pero al recibir tantos cuestionamientos y burlas se entercó más y la ha tenido que llevar hasta sus últimas consecuencias. Hoy además le da un tono religioso: el castigo de mochar manos está en la Biblia, en Mateo 5:30, le dijo a los estudiantes de la Ibero. Como si la Biblia no estuviera llena de barbaridades en desuso.

A pesar de su habitual terquedad, sí se ha visto un ligero cambio en el discurso de "El Bronco". Ya no habla de ganar, sino de generar un cambio en la forma de pensar de la sociedad. Se está poco...

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