Amargan la cena a la afición felina

AutorElena Torres

Como si presagiaran el marcador adverso con el que Tigres regresaría a Monterrey, los aficionados felinos presenciaron anoche en distintos rincones de la Ciudad el duelo de ida de la Final del Torneo Apertura 2003 en medio de un ambiente de ecuanimidad y tensión.

Cientos de aficionados felinos, quienes salieron de sus trabajos con el tiempo justo para instalarse en algún sitio y así ser testigos del primer episodio de la revancha de los felinos ante los Tuzos, se apoderaron de las principales arterias de la Ciudad.

Muchos de ellos mostraban tensión y algunos otros preocupación tras el volante, por el tiempo limitado y por la clase de duelo que verían a través de un televisor.

No faltaron los seguidores de Rayados que apenas hace unos meses vieron a su equipo pelear y ganar el título y que ahora se unieron a la ilusión felina.

"Soy rayado, Tigres queda campeón", rezaba una leyenda escrita con tinta en el vidrio trasero de un taxi.

Faltaban 60 minutos para que sonara el silbatazo inicial en el Estadio Hidalgo, un duelo que no era cualquier partido para los seguidores de Tigres.

Han transcurrido 21 años de sequía de títulos para su equipo y anoche tenían la oportunidad de secar el hambre de campeonato de Pachuca, escuadra que hace dos años se proclamó campeón al derrotarlos paradójicamente con un 3-1 en el marcador global.

Poco a poco, los bares de la localidad empezaron a cobrar vida al recibir a unos expectantes seguidores de Tigres.

Alrededor de ellos se respiraba un ambiente de tensión.

"Si no gana...

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