Una amable bebida

AutorClaudia Mendoza

En las mesas españolas la sangría se sirve desde el siglo 19, pero fue la llegada de los conquistadores a América la que puso en las mesas nacionales la tradición de preparar esta bebida.

La mezcla de vinos con jugos, refrescos y frutas forma parte de una moda que invadió la gastronomía hace ya varias décadas; sin embargo, ésta también ha permitido a las más jóvenes generaciones acercarse al mundo vitivinícola a través de una preparación menos compleja y súper refrescante.

Las botellas seleccionadas para elaborarla son, por lo general, de calidad media, o bien se aprovechan los restos de vinos abiertos para mezclarlos con frutas y hielo.

La calidad de la sangría depende de los ingredientes, por lo que debe elegirse muy bien el vino, así como la fruta que se añadirá a la jarra, pues si está muy madura o muy verde puede echar a perder la preparación.

Una de las ventajas de la sangría es que permite calmar la sed de muchos, pues es hecha en grandes cantidades y mejora el rendimiento de la bebida al añadirle frutas, refrescos y otros licores de mayor grado alcohólico.

Y es que incluso la champaña y otros espumosos pueden mezclarse con frutas, aunque lo más seguro es que perderán parte de su efervescencia y características que los hacen únicos.

"Cuando algunos vinos no son tan buenos, la gente los compone", señala el sommelier Pedro Poncelis, de Cepage, entidad dedicada a la difusión de la cultura del vino.

"Todos los vinos se podrían mezclar en las sangrías, pero yo recomiendo usar los más sencillos y suaves", sugiere.

Los orígenes del vino, que datan de hace más de 10 mil años, no indican el momento preciso en el que se inició la mezcla de los caldos con frutas, pero es un hecho que varias culturas, como la griega, romana, fenicia y egipcia, lo hacían.

"Surgen como una alternativa para los vinos que no llegaban a tener una buena calidad, con mucha acidez, desbalance, mucho amargor o alcohol, y se corregían con frutas y jugos que suavizaban la bebida y le volvían el gusto agradable.

"Portugal es muy famoso por los vinos verdes, porque agarran la fruta y la cosechan verde, y es un vino súper ácido, pero es una opción para este tipo de cocteles", agrega Poncelis.

Si bien el vino no tiene la misma fuerza en la elaboración de bebidas preparadas respecto a otros licores con más alcohol, se ha convertido en un ingrediente adicional.

"En el sur de Francia se acostumbra una bebida en donde en un tazón se ponen trozos de pan duro, azúcar, hielo y vinos...

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