Todo alienta la violencia

AutorDaniela Rea

Enviada

CIUDAD JUÁREZ.- Desde el mirador La Rosa de los Vientos, parece que el arquitecto de Ciudad Juárez fuera el diablo: desparramada en medio del desierto, se ve invadida por terrenos baldíos donde igual tiran basura que cadáveres.

Entre los cerros que la rodean se distinguen las brechas que conducen a colonias populares levantadas con cartón, fierros y neumáticos viejos.

Ni un área verde, ni una sombra hay en ese lugar.

Al fondo se asoma la gran mancha urbana de cemento: maquilas, avenidas, casas abandonadas que se confunden con los tiraderos de escombros.

"El clima hostil, la ciudad aislada, la falta de servicios públicos, la vulnerabilidad a las crisis y desempleo: todo parece conspirar para que habite la violencia", dice Ángel Estrada, un documentalista cuyo trabajo habla de los vivos de Juárez.

Cree que sólo contando esas historias se comprenderá la mutilación que ha sufrido la ciudad por la guerra contra el narco.

Juárez parece ahora habitada por el abandono, comentan con tristeza quienes disfrutaron sus noches de gloria en cualquier salón de la Avenida Juárez, donde antes la fiesta hilaba el día con la noche sin ninguna interrupción.

Ejemplo de esas épocas fue el bar "El Paraíso", cuyos dueños corrieron por candados y un herrero el día que el Gobierno municipal decidió cerrar los antros a las 3 de la madrugada para garantizar "seguridad".

Ahora esa avenida parece un pueblo fantasma que se extiende hasta el Centro Histórico.

A pesar de ser la zona con más bulla, tiene la apariencia de una ciudad bombardeada: la violencia ahuyentó al turismo y dejó una estela de desempleo que a su vez detonó el crimen.

Las casas y comercios abandonados se convirtieron en "picaderos" y, en su afán por "limpiar" la ciudad, el Gobierno municipal comenzó a expropiar y derribarlos para construir una nueva cara que terminó en terrenos baldíos.

Ahí los únicos ganones son los pepenadores, que con su carretilla pican piedra y roban las varillas o cables de las casas a medio derruir, y los arriesgados que aprovechan las rentas bajas.

"El Centro está abandonado. Aquí sólo viven viejos porque a todos los jóvenes ya les dieron kilo (mataron)", dice un muchacho que, huyendo de las venganzas de pandillas en la Díaz Ordaz, buscó una renta barata en este lugar.

Esta zona, antes epicentro de la fiesta juarense, es el escenario principal de la política de "limpia" con que el Gobierno municipal se suma a la estrategia de seguridad federal.

Además de derrumbar...

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