Alejandra Rangel / Vientos encontrados

AutorAlejandra Rangel

La percepción ciudadana sobre el inicio del Gobierno de Jaime Rodríguez Calderón es de caos, desorganización y desorden, pareciera que al mismo tiempo que destapan la caja de Pandora de Rodrigo Medina y sus secuaces, los recién nombrados funcionarios se paralizan horrorizados ante las certezas de lo que ya se sabía, pero ahora tienen las pruebas y son contundentes.

Un primer paso positivo ha sido dar a conocer con transparencia la situación financiera del Estado, pues cualquier otro candidato habría hecho las negociaciones necesarias para callar verdades, escondiendo las caras más oscuras de la condición humana. Y aunque la corrupción gubernamental era un secreto en voz alta, nunca es igual a tener las evidencias.

La primera ganancia fue revelar los abismos y poner de manifiesto la falta de inteligencia, prudencia y cordura de la Administración pasada, un Gobierno que se engolosinó consigo mismo, enloqueció en el poder y sucumbió a sus encantos.

Otro acontecimiento todavía por evaluar es el posicionamiento de Fernando Elizondo dentro del equipo como Coordinador Ejecutivo, pues sus auténticas funciones se desconocen y ha provocado al interior del equipo la formación de dos grupos en lucha por el poder con posiciones específicas y encontradas: cuáles puestos le corresponden a él y cuáles nombra el Gobernador. Se sabe de la pugna entre unos y otros, y de acuerdo a la clase política no tarda en reventarse la cuerda.

Otro punto débil es el hecho de que todavía no haya nombrado a los responsables de organismos como Cultura y el Instituto Estatal de las Mujeres.

En cuanto a la cultura siempre ha sido difícil que los políticos entiendan su función y sentido. En lugar de comprender los alcances de los sistemas culturales, sin los cuales ellos no existirían, se entretienen pensando si lo mejor es dejarlo como Consejo o hacerlo Secretaría, imitando al Presidente Enrique Peña Nieto, quien propuso cambiar Conaculta por una Secretaría.

En Nuevo León esta propuesta sería obsoleta, porque la creación de un Consejo para la Cultura ciudadano y participativo representó un gran esfuerzo. Un modelo democrático que se estableció desde 1996 y desde entonces está constituido por artistas, intelectuales, promotores, investigadores, que han trabajado para dar forma a un...

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