Alejandra Rangel / Una república amorosa...

AutorAlejandra Rangel

México emprende una lucha a favor y en contra de cada uno de los candidatos a la Presidencia de y analiza los objetivos de sus campañas para ganar la contienda.

Sin embargo, al escuchar sus propuestas, se descubren las mismas voces que vienen del pasado y se pierden en las visiones sobre el futuro.

Lo cierto es que nos encontramos dentro de un laberinto de partidos políticos, alianzas, competencias, presiones internacionales y nacionales.

En el caso de José Antonio Meade (PRI, Verde Ecologista y Nueva Alianza) su proyecto va en defensa de la economía de mercado y de la inserción internacional en el desarrollo tecnológico, educación de calidad, comercio e innovación, todo ello modelo propio de los países desarrollados.

Al mismo tiempo, habla de elaborar un registro con las necesidades de los grupos sociales más desprotegidos y resolverles sus problemas, sean de educación, vivienda, alimentos, empleo. Registro que parece imposible de implementar y menos controlar.

A su vez, Andrés Manuel López Obrador (Morena, PT y PES), en campaña permanente desde hace más de 12 años, señala que los problemas y desigualdades que ha propiciado el modelo de la globalización ha beneficiado a ciertos grupos, olvidando a los más pobres y dejando la riqueza en manos de unos cuantos.

Durante su toma de protesta como candidato presidencial del Partido Encuentro Social, denunció la falta de valores que impera en el País y prometió recuperarlos, pues considera que es la principal causa de la crisis, aunada a la corrupción e impunidad.

"Con necedad, rayando en la locura actuaré contra la corrupción". Necedad que no se refleja en la elección de su equipo y cómo se ha ido conformando este grupo.

Aunado a los valores, planteó una "Constitución Moral" para la cual convocará a una Asamblea Constituyente: será un diálogo interreligioso entre creyentes y no creyentes para moralizar a México. También habló del amor y de buscar el bienestar del alma, esto es, la felicidad, término abstracto que cada quien interpreta a su manera. Dice López Obrador "que la meta última de la política es lograr el amor y hacer el bien".

Pero los valores valen, no son cosas inertes y no dependen ni de una Constitución, ni de diálogos interreligiosos, ni de acciones moralizantes. Cada generación ha escuchado decir que ya no hay valores, lo repetían nuestros abuelos y padres en las iglesias y escuelas.

Los valores representan lo que la sociedad acepta y muestra, esto es lo que vale, como sucede en...

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