Alejandra Rangel / Fuego y furia

AutorAlejandra Rangel

En un año, Donald Trump dio muestra de las peores características en un líder. Ha sido excluyente, racista, vanidoso e intolerante hacia la crítica.

Su mensaje de odio ha dividido a la sociedad norteamericana y Estados Unidos ha vuelto a ser la potencia odiada por el resto de las naciones. Una imagen que los norteamericanos padecieron por tantos años y que en los últimos tiempos, especialmente durante el periodo amable de Obama, se sacudieron.

Es difícil encontrarle al Presidente Trump algún atributo: ni en lo intelectual, ni en lo moral, mucho menos en su apariencia.

Sin embargo, no se le puede escatimar una cosa. En un mundo homogéneo donde, como dice el filósofo norcoreano Byung-Chul Han, existe una proliferación de lo igual, Trump vino a refrescar la política.

Lo ha hecho desde un lado oscuro y negativo, pero al menos despertó a una población mundial dormida ante una clase política poco original.

Trump ha logrado, en base a coraje y pasión, generar un cambio en la manera de hacer política. Sus técnicas son odiosas, pero novedosas. Sus pronunciamientos tempraneros en Twitter le amargan a cualquiera la mañana, aunque surten efecto.

Ha dividido a sus paisanos, pero su base lo sigue más que nunca. Ha demostrado que es posible hacer las cosas diferente y propiciar un cambio. Lástima que utilice esa vasta energía interior en hacer el mal.

Si lo comparamos con los precandidatos a la Presidencia en México, éstos tendrían algunas cosas que aprenderle. Ellos están inmersos en campañas políticas que no emocionan y que nos llevarán a los mexicanos a votar por el menos malo.

Si lo único original en esta etapa de precampañas ha sido una popular y pegajosa canción, la de Movimiento Ciudadano, ¿qué dice esto de la educación en México? ¿Qué dice de la falta de interés en temas realmente importantes?

El candidato del PRI representa la continuidad de un sistema caduco que ha arrojado más pobreza, desigualdad y corrupción. Un personaje que se debate entre ser y no ser.

Por un lado, le pide al PRI hacerlo suyo y por el otro trata de distanciarse lo más que puede de ese instituto...

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