Alejandra Rangel / Un día sin nosotras

AutorAlejandra Rangel

La violencia contra mujeres y niñas se ha vuelto una constante en México.

La muerte de Fátima, de 7 años, ha provocado la furia de la sociedad al no encontrar una respuesta por parte del Estado y de todas las dependencias responsables de haber cuidado a la menor.

Una niña a la que, según versión del director, dejan sola en la calle afuera de la escuela, cierran la puerta y nadie vigila, demuestra una absoluta falta de responsabilidad, pues según declaraciones, la madre se comunicó para avisar que llegaría a recogerla 20 minutos tarde.

Llama la atención que en esos momentos aparece una mujer a quien dicen que Fátima conoce y se va con ella. Después toda la tragedia: la niña no llega a su casa, los familiares presentan la denuncia en Tláhuac, no se les acepta y se van a Azcapotzalco, perdiendo un tiempo que pudo haber sido decisivo.

Días después encuentran el cuerpo dentro de una bolsa de plástico negra y al analizarlo señalan que había sido torturada y violada. No podemos imaginar el terror que sufrió esa criatura al verse violentada por la fuerza de la maldad y el abuso ante los cuales le era imposible reaccionar.

Una falla tras otra: las escuelas públicas en la CDMX dependen de la SEP federal, cuyo reglamento dice que no se puede dejar a una alumna sola afuera de la institución. Pero nada funcionó, como es un sistema burocrático inmanejable, se cumplió con el protocolo, aun conociendo los peligros actuales para los menores.

En México, el 95 por ciento de los crímenes quedan impunes, en el caso de Fátima dicen haber encontrado a los culpables, sin embargo, el Estado, el sistema escolar, las autoridades judiciales y policiacas y la comunidad podrían hacer mucho más para proteger a las mujeres.

En los días siguientes a la muerte de Fátima, asesinaron a cinco niñas más en Puebla, a una bebé de 5 meses en Saltillo, otra bebé fue baleada en Tijuana y otra violada y arrojada contra el suelo por su padre. Y hay que sumar a las mujeres violadas, degolladas y estranguladas y hasta descuartizadas por sus parejas o compañeros sentimentales.

¿En qué momento hemos canalizado tanto odio, tanto abuso social? No hay respuesta. Creemos que se sustenta en una cultura que impulsa el machismo, la dominación de los hombres sobre las...

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