Alejandra Rangel / Abuso legislativo

AutorAlejandra Rangel

En unos cuantos minutos y sin mayor consulta se aprobó en Nuevo León la ley contra el aborto violando resoluciones internacionales, la propia Constitución Federal y los derechos humanos de las mujeres hacia su autonomía, dignidad y libertad productiva.

Nuestros representantes en el Congreso del Estado votaron una ley que implica años de retroceso y una gran ignorancia científica y social.

Partamos del hecho de que para nadie es deseable el aborto y siempre es una decisión difícil más allá de las circunstancias.

Sin embargo, es más doloroso ver a niñas y adolescentes violadas -en muchos casos por padres o padrastros, vecinos y parientes- que ponen su vida en peligro por no detectar a tiempo su preñez.

Preguntemos a estos Diputados y Diputadas qué han hecho a favor de la salud sexual y reproductiva para prevenir embarazos no deseados. ¿Políticas integrales dedicadas a concientizar sobre una maternidad y paternidad responsable? No, mejor deciden proteger la vida del embrión desde su concepción, alegando que ya es una persona, lo cual científicamente es incorrecto, pues no hay corteza cerebral y ésta tarda en formarse.

Es un argumento aclarado en varias ocasiones por el Colegio de Bioética e investigado desde hace muchos años.

También sabemos que, ante este argumento, las ideologías religiosas se defienden sin remedio, además de que la restricción de las leyes no elimina la realización de los abortos clandestinos con graves riesgos para quienes lo sufren.

Según datos del Instituto Guttmacher, en México ocurren miles de abortos inducidos a pesar de las restricciones. Los índices más altos de problemas de salud por los abortos clandestinos suceden en los países pobres y en desarrollo, como en América Latina, por las condiciones en que se llevan a cabo.

Garantizar la vida desde la concepción va en contra del derecho a decidir de las mujeres, a quienes se penaliza erróneamente cuando es la sociedad la causante de sus problemas.

Estas visiones están torcidas y cargadas de una ideología a tal punto que los Diputados tal vez ni advierten los motivos que los han llevado a tomar esas posiciones tan atrasadas. De seguro siguen pensando que tendrán "una gran recompensa en la otra vida".

Les recomiendo que lean "La Historia de la Sexualidad", de Michel Foucault, para que se concienticen de su cerrazón y prejuicios ideológicos, de cómo los aparatos del poder se insertan en los sujetos y engendran un sistema represivo para disciplinar el cuerpo.

La...

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