Alejandra Rangel/ De olvidos y tradiciones

AutorAlejandra Rangel

Los pronunciamientos del Cardenal Ratzinger, Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe del Vaticano, en su declaración Dominus Iesus, determinaron la supremacía de la Iglesia Católica frente a aquellas iglesias que no mantienen una estructura jerárquica similar a la de Roma, reafirmando que la Iglesia católica es la única iglesia universal donde puede haber salvación.

Al Cardenal se le olvidó que vive frente a un nuevo milenio, en el último año del siglo 20. Un siglo marcado por guerras, holocaustos, pobreza, revoluciones democráticas, cuestionamientos ideológicos, caída del muro de Berlín... En fin, un mundo plural, múltiple, heterogéneo donde las imposiciones y las miradas autoritarias han dejado de funcionar.

De estas declaraciones deducimos que en el Vaticano se empieza a jugar la próxima candidatura para el papado y se ha emprendido una lucha por el poder. Que es visible el papel de las luchas internas y la política oficial de la Iglesia, una Iglesia con una comunidad religiosa que pretende el monopolio de los medios sacramentales de salvación y no puede ni pretende ofrecer la libertad de conciencia.

Anteriormente, el ecumenismo iniciado en el Concilio Vaticano II representó la fuerza unificadora de reconciliación y acercamiento entre religión y modernidad, una revaloración de los principios de libertad, justicia y fraternidad, en lo social y en lo político. Por ello, ahora asombra el retroceso al intentar imponer un control y una visión hegemónica sustentada por los conservadores y la ultraderecha de la Iglesia católica en una época caracterizada por la democracia y la libre elección.

Si nos preguntáramos cuál es el arma más poderosa que manejan estos pronunciamientos, la respuesta estaría en el concepto de salvación o la condenación eterna que pende como amenaza sobre fieles temerosos, incapaces de cuestionar y actuar por sí mismos, que aceptan las cosas como son o como les dicen que son, y cuya fórmula conduce a la cobardía y a la pasividad.

Otra posibilidad de interpretación del Dominus Iesus reside en la necesidad de la Iglesia católica de no perder fieles, y una forma de retenerlos es...

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