Opinión Invitada / Alejandra Galindo Marines: Un Egipto dividido

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Después de presenciar las protestas populares en los países del norte de África y el Medio Oriente bajo una mirada más bien "orientalizadora", manifestaba sorpresa por el llamado "despertar árabe" hacia una activa resistencia contra los gobiernos autoritarios de la región.

Hoy nos preguntamos el porqué de los sucesos en Egipto, caracterizado por ser un país de referencia intelectual, religiosa y un líder de las causas árabes.

El estallido de las revueltas en esta nación es producto de dos décadas de resistencias a la aplicación de medidas liberales que enfatizaron más las diferencias de ingreso entre la población y sus agravios ante el sistema político.

Como parte de estas medidas, el Estado egipcio se fue retrayendo y la población que dependía de subsidios fue encontrando otras formas para satisfacer sus necesidades básicas.

En este sentido, la Hermandad Musulmana, organización de oposición, prohibida en ese país desde el Gobierno de Nasser (Presidente egipcio 1956-1970), fue ganando terreno en lo social al convertirse en la proveedora principal de servicios para la población.

Desde los años 90, y en parte como consecuencia de las medidas de liberalización, la sociedad egipcia experimentó un renacimiento del Islam, pero el Gobierno de Mubarak, para no perder legitimidad ante los embates de esta organización, retomó el contenido islámico para justificar sus políticas.

La preponderancia de la Hermandad Musulmana en la vida del país fue notoria, por ello no es sorprendente que en las primeras elecciones, después de la caída de Mubarak, haya ganado la contienda.

La sociedad egipcia no fue pasiva ante las políticas de Mohamed Morsi como Presidente. Los ciudadanos de diferentes sectores continuaron protestando por el atropello de su futuro y contra una visión poco incluyente hacia sus demandas.

El movimiento popular Tamarrud (rebelión), organizado por ciudadanos mayormente jóvenes, hizo que se retomaran las demandas originales de las protestas del 2011, reuniendo más de 15 millones de firmas.

Sin embargo, el movimiento fue secuestrado por diferentes actores políticos, del campo islámico o del "secular", los cuales junto con los militares participaron en el derrocamiento de Morsi, y hoy forman el Gobierno de transición, sin retomar las peticiones ciudadanas.

Desde la...

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