Alcanzan el cielo con bolsas de papel
| Autor | Silvia Cherem S. |
MÉXICO.- Una empresa comunitaria de mujeres de Palo Solo, municipio del Estado de México, que fabrica bolsas y carteras de manera artesanal usando papel de desperdicio, puede llegar a ser en pocas semanas el proyecto internacional de 2007.
World Challenge, un prestigiado concurso internacional organizado por la BBC de Londres y la revista Newsweek que busca incentivar proyectos comunitarios de alto impacto, anunció hace unos días que México figura entre sus 12 finalistas de este año.
Mitz Bags, como se llama la empresa, resultó seleccionada entre 942 proyectos, y compite contra representantes de Afganistán, Brasil, Colombia, Haití, Indonesia, Nepal, Perú, Uganda y Vietnam.
Todas las propuestas serán difundidas en programas de la BBC y en la revista Newsweek, con el objetivo de que sea la comunidad internacional quien elija al ganador, votando sin costo y hasta el 16 de noviembre en www.theworldchallenge.co.uk/voteform.php o en www.mitzbags.com.
World Challenge, cuyo interés es ubicar y difundir soluciones de fondo que puedan aliviar los problemas de pobreza, hambre y contaminación en el mundo, anunciará a los ganadores el 4 de diciembre en La Haya, Holanda: un primer lugar, que recibirá 20 mil dólares, y dos segundos sitios, que obtendrán 10 mil cada uno. El año pasado el triunfador fue Maximus de Sri Lanka, una empresa que fabrica papel con excremento de elefante.
Patrocinada por la compañía Shell, de hidrocarburos, World Challenge identifica, da a conocer y recompensa a quienes innovan en sus comunidades y atraen beneficios económicos, sociales y ecológicos. Al focalizar la atención en proyectos que han probado ser exitosos, incentiva a benefactores que pudieran adoptar causas e incidir en un cambio social más profundo y duradero.
'Mitz: para ti'
Julieta Rivera Río, una mujer a quien, por gozar de una situación económica holgada, le pesaba aún más el abismo de la desigualdad social, decidió, en 1979, fundar una escuela para los niños que vivían en la barranca de Palo Solo, un cinturón de miseria colindante con el fraccionamiento residencial La Herradura.
Convencida de que las oportunidades educativas podían generar transformaciones sociales en una comunidad, se acercó al párroco de la iglesia local, quien le prestó un aula para establecer un primer salón Montessori. Veinte niños de entre 3 y 6 años se inscribieron.
Palo Solo era un pueblo sin calles; pululaban entre el lodazal las vacas, las gallinas y los perros famélicos. No había agua ni drenaje, las casuchas eran de lámina y, en tiempo de sequías, los niños comían nubes de polvo. "Los pequeños que recibí estaban sucios, desnutridos, sin estímulo", recuerda Rivera.
En 1980, le solicita al Presidente Municipal de Huixquilucan un pequeño terreno en donde pudiera construir una escuela. Le concede 200...
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